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viernes, enero 29, 2010

DE MENTIRA EN MENTIRA

Sigue en plena forma el amigo Tony Blair. Lo está demostrando en su comparecencia ante la comisión que investiga por qué se entró en la guerra de Iraq, una comisión muy british e inconcebible en este país desde el que escribo. Ha desplegado todos sus encantos, toda su capacidad oratoria y gestual para intentar justificar lo injustificable. El hombre dice las mentiras con tanta convicción que si no supiéramos nada de él hasta nos entrarían dudas. Pero miente. Lo sabe él y lo sabemos todos. Y es raro que no se le caiga la cara a trozos. Será que la fortuna amasada en los últimos años le permite reforzar el acartonamiento y seguir presentando la jeta tal cual.
Lo curioso es que no se ruborice. Y que niegue ante la comisión parlamentaria lo que hace unos días confirmaron colaboradores muy próximos. Y es que le dio seguridades al señor Bush que contaría con el pleno respaldo británico si decidía intervenir militarmente en Iraq, tal como luego hizo. No es un secreto. Es una verdad que sabe todo el mundo. Y su intento de disfrazarla, alegando que tras los atentados del 11-S quedó claro que lo mejor para el mundo era deshacerse de Saddam Hussein, provocarían hilaridad, si no hubiera detrás tanto engaño y tanta sangre.
La verdad es que es una pérdida de tiempo escuchar tanta excusa falsa, tanta tergiversación de lo que pasó... Todo mentiras. Y eso a pesar de su crisis de fe y su pase a la fe católica, supongo que para confesar sus pecados y aquí paz y después gloria.
No estoy para aguantarle más. Supongo además que se ha presentado porque sabe que de la comisión, como mucho, puede salir una ligera recriminación moral, sin consecuencia penal alguna. Pero hay que tener cara.....
Entre tanto en la calle estaban los testigos de sus mentiras. Los familiares de las víctimas británicas en Iraq y con ellos los que recordamos a los cientos de miles de muertos en una guerra caprichosa que decidieron el vaquero Bush y su sabueso Tony. El otro, el Aznar, era simple comparsa, aunque siga como los otros dos negando la evidencia.

Qué panda.
Salud

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jueves, enero 28, 2010

¡OBAMA, OBAMA!

El primer año de un mandatario suele poner a prueba la fiabilidad de su palabra y su capacidad para realizar sus promesas. Muy pocos pasan la prueba con aprobado, aunque, por aquello de que todavía queda tiempo, se les da otro margen de confianza, aunque vigilado de forma más estrecha. Obama ha cumplido un año en el poder y atraviesa horas bajas. Quizá porque las esperanzas que generó su triunfo fueron un tanto desmedidas o porque, como novato, creó unas expectativas poco realistas, sin conocer las dificultades que tenía que superar. A Obama le cuelga ya la etiqueta de no cumplidor por aquella promesa suya de cerrar Guantánamo en un año. El extraño e ilegal centro de tortura sigue donde estaba y su cierre demorado hasta no se sabe cuando.
Las cosas no le han salido bien, en general, aunque intentando ser positivo y comparando con su antecesor, el apestado Bush, hay que reconocerle el mérito de devolver una cierta normalidad y bajar un peldaño en esa altanería tan norteamericana que pone de los nervios a medio mundo. Vale, apuesta por una cierta multilateralidad, aunque, como demostró en Copenhague, un poco a su medida con el grupete de amigos, es decir China, India, Brasil y si acaso Rusia. Con ellos pretende marcar el rumbo del mundo, y parece que nadie lo podrá impedir.
En todo caso, y tras el batacazo electoral demócrata en Massachusetts, su presencia anoche en el Congreso, para su primer discurso sobre el Estado de la Nación, había levantado una enorme expectación. Y no ha defraudado.


Junto a la retórica habitual, en su llamada a republicanos y demócratas para actuar juntos en estos momentos de crisis, Obama optó por recurrir a su lado más vendible. Dirigirse directamente a los ciudadanos de clase media, en un lenguaje directo, para regalarles los oídos con los que quieren oír. Es decir, mayor control del gasto público, y más esfuerzos para salir de la crisis económica y recortar el paro. La gran obsesión de los norteamericanos medios son los impuestos y, por tanto, que no se desmadre el gasto público, al que culpan precisamente de esos gastos. Obama no lo va a tener fácil, porque ha tenido que inyectar muchísimo dinero para salvar el sistema financiero y no está claro cuando lo va a recuperar, a pesar de sus intentos de cobrar nuevas tasas a los bancos. Con ese panorama resulta poco creíble que mantenga entre sus objetivos prioritarios las políticas sociales, entre ellas la mejora de la educación o la denostada reforma sanitaria. Si tiene que recortar gastos públicos, los impuestos de subirlos nada, la deuda está por las nubes y creciendo, y sin bajar el presupuesto de la parte del león, es decir el Pentágono, lo tiene crudo para conseguir la pasta con la que mejorar la educación o extender la sanidad a los millones que carecen de ella. Es loable su empeño por mantener las reformas, pero, a pesar de su tono firme, resulta poco creíble, y más cuando en el Congreso lo tiene ahora mucho más difícil y se teme que las elecciones del próximo otoño le van a retorcer aún más la mano.
Pero no adelantamos acontecimientos. El hombre ha tomado aliento. Ha querido dar la imagen de que sigue en sus trece. Y nosotros deberíamos creerlo....por lo menos hasta el próximo año.
De aquello de que la guerra de Iraq está a punto de acabar o de lo que vaya a hacer en Afganistán o Yemen hablaremos otro día.

Salud

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miércoles, enero 27, 2010

¡QUÉ MALA ES LA ENVIDIA!

Nos han, y nos hemos dicho, muchas veces que eso de la envidia es uno de los pecados capitales (¿son esos?) que campa a sus anchas por este terreno patrio que llamamos España. Ejemplos tenemos a montones y basta que alguien triunfe en algo, muestre su talento en cualquier cosa, para que, casi al unísono, se forme todo un ejército de rompepelotas dispuestos a arruinar el susodicho logro, desmerecer lo conseguido y sepultar cuanto antes al pervertido que se empeñó en triunfar-destacar. Es cierto que, simultáneamente, en torno al triunfador también se arremolina todo un ejército de aduladores, más que nada por si cae algo.
Pero, como digo, lo de la envidia no es un pecado nacional. Parece que es más general de lo que pensábamos. Y el último ejemplo lo encontramos en la civilizada Suecia, modélica en tantas cosas, pero en cuya imagen están apareciendo últimamente demasiadas pústulas.
El objeto del rencor en este caso es el fallecido periodista Stieg Larsson, autor, mientras no se demuestre lo contrario, de la saga Millenium, que, contra lo esperado, ha arrasado en medio mundo y lleva vendidos unos veinticinco millones de ejemplares. Me encuentro entre los que devoraron las tres novelas, así que, como es lógico, ni soy imparcial, ni lo pretendo.
Resulta que desde hace algún tiempo le han salido detractores. Y vamos, se están explayando a gusto, a sabiendas además que el difamado no puede replicarles. Hay un tal Kurdo Baksi, que aprovechando el rio revuelto ha publicado un libro sobre Stieg Larsonn, del que dice era amigo, poniéndole de vuelta y media, cuestionando sobre todo su calidad como periodista. Con amigos como ese, no le hacen falta enemigos a nadie.


Pero hay otro personaje mas llamativo, Anders Hellberg, que fue jefe de Stieg Larsson durante por lo menos diez años, que se ha despachado a gusto, en uno de los principales periódicos suecos, llamándole poco menos que analfabeto y, lo que más polémica ha generado, cuestionado que Larsson sea el autor de la trilogía, porque asegura que no tenía capacidad, ni ingenio para escribir tanta página y con tanto ingenio. El hombre habrá sacado su tajadilla y me imagino, que como ocurriría en España, será ahora invitado de honor en todo tipo de tertulias televisivas, bien pagadas y especializadas en poner al personal a caer de un burro. Lo único objetivo que sabemos es que el tal Hellberg y Larsson se llevaban a matar, y sus broncas eran el pan de cada día en la redacción.
En fin, malo es que queriendo aprovecharse de la fama de otro o subiéndose al carro de la charlatanería, se digan ahora cosas que no se atrevieron a decir en su momento, y peor aún cuando el "lapidado" no puede defenderse, porque está muerto. Menos mal que al quite está Eva Gabrielson, la que fue compañera de Stieg durante muchos años, y su reconocida correctora, para poner las cosas en su sitio. Pero la mierda siempre salpica.
¡Qué mala es la envidia!
Salud

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martes, enero 26, 2010

¿Dónde estás ZP?

Estos días, decenas de miles de jubilados reciben en sus domicilios una carta del ministro de Trabajo, el señor Corbacho, contando las bondades de la subida de pensiones, un uno por ciento, y subrayando que como la inflación el pasado año subió menos de lo previsto, pues en fin aquí pan y todos tan felices. Lo que no cuenta el amigo Corbacho es que ya no se descuentan los famosos cuatrocientos euros en el IRPF, como si hizo los dos años anteriores, y por tanto miles de pensionistas se encuentran con la bicoca de que este mes, y los siguientes, cobrarán menos que el pasado año. Para una pensión mileurista o mas baja la pérdida puede llegar a unos veinte euros mensuales, que para quien vive de ella es un golpe importante... Ya está bien de vender burras, señor Corbacho. Sus macrocifras serán ciertas, pero no engaña ni al mas tonto y así le luce el pelo (por cierto, que le luce bien).
Y, a todo esto, ¿dónde está ZP?. Porque mientras el ministro de Trabajo se dedica a esto del maquillaje y otros van de tarascada en tarascada, parece que nuestro primer ministro, perdón, presidente del gobierno, anda desaparecido. No sé si la presidencia Europea le impide dedicarse a tareas más de andar por casa, está obnubilado, o simplemente se escuda en semejante excusa para evitar el chaparrón.

El problema está en que los problemas no se evaporan por no enfrentarse a ellos y esconderse es una política que tiene consecuencias fatales para quien la practica. Y más cuando desde el PP se han lanzado en tromba, agarrándose a cualquier liana, para poner de vuelta y media al gobierno. Les vale lo mismo los ramalazos racistas de Vic o Torrejón, que la reforma de la educación, o la resurrección de la cadena perpetua. Están en el dále caña que esto nos da votos.
¿De qué se esconde, señor Presidente).¿Dónde queda aquello de "no os defraudaré"?. Ya sabemos que la cosa está jodida. Pero hay que dar la cara. Hay que explicar porqué vamos a ser los últimos europeos en salir de la crisis (datos de hoy del FMI) o porqué los pensionistas cobran menos desde este mes. Lo de esconderse no sirve para evitar el sonrojo. Se lo debe al país.

Salud

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