¡QUÉ MALA ES LA ENVIDIA!
Nos han, y nos hemos dicho, muchas veces que eso de la envidia es uno de los pecados capitales (¿son esos?) que campa a sus anchas por este terreno patrio que llamamos España. Ejemplos tenemos a montones y basta que alguien triunfe en algo, muestre su talento en cualquier cosa, para que, casi al unísono, se forme todo un ejército de rompepelotas dispuestos a arruinar el susodicho logro, desmerecer lo conseguido y sepultar cuanto antes al pervertido que se empeñó en triunfar-destacar. Es cierto que, simultáneamente, en torno al triunfador también se arremolina todo un ejército de aduladores, más que nada por si cae algo.
Pero, como digo, lo de la envidia no es un pecado nacional. Parece que es más general de lo que pensábamos. Y el último ejemplo lo encontramos en la civilizada Suecia, modélica en tantas cosas, pero en cuya imagen están apareciendo últimamente demasiadas pústulas.
El objeto del rencor en este caso es el fallecido periodista Stieg Larsson, autor, mientras no se demuestre lo contrario, de la saga Millenium, que, contra lo esperado, ha arrasado en medio mundo y lleva vendidos unos veinticinco millones de ejemplares. Me encuentro entre los que devoraron las tres novelas, así que, como es lógico, ni soy imparcial, ni lo pretendo.
Resulta que desde hace algún tiempo le han salido detractores. Y vamos, se están explayando a gusto, a sabiendas además que el difamado no puede replicarles. Hay un tal Kurdo Baksi, que aprovechando el rio revuelto ha publicado un libro sobre Stieg Larsonn, del que dice era amigo, poniéndole de vuelta y media, cuestionando sobre todo su calidad como periodista. Con amigos como ese, no le hacen falta enemigos a nadie.
En fin, malo es que queriendo aprovecharse de la fama de otro o subiéndose al carro de la charlatanería, se digan ahora cosas que no se atrevieron a decir en su momento, y peor aún cuando el "lapidado" no puede defenderse, porque está muerto. Menos mal que al quite está Eva Gabrielson, la que fue compañera de Stieg durante muchos años, y su reconocida correctora, para poner las cosas en su sitio. Pero la mierda siempre salpica.
¡Qué mala es la envidia!
Salud
Etiquetas: Anders Hellberg, Kurdo Baksi, Millenium, Stieg Larsson
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