DIEGO, PERDÓN

Reproduzco aquí la versión un tanto aséptica del final del drama ocurrido en torno a una niña de Tenerife, muerta accidentalmente, y el calvario sufrido por el joven que vivía-vive con la madre de la niña y que la llevó a un centro asistencial. Aquel gesto, que como luego se comprobó solo pretendía buscar atención médica para la niña, derivo en uno de esos momentos kafkianos que va engordando día a día y que supuso un auténtico linchamiento moral del chaval, al que los medios de comunicación, todos, pulverizaron tildándole de maltratador, asesino, violador....La imaginación de los periodistas, basándose en un informe médicos y otro de la guardia civíl, se disparó hasta alcanzar auténticos orgasmos amarillistas. No sólo se resaltaban las partes de esos informes más macabras, sino que se añadía todo tipo de aliño, cuando no se inventaban directamente historias como el joven detenido había confesado que "apalizaba" a la pequeña. La prensa, hasta la más seria, perdió los papeles y que decir de tertulias y programas de radio y televisión donde se han dicho cosas terribles sobre el chaval, cuando no se incitaba directamente a su linchamiento. La televisión pública difundía todavía este fin de semana, cuando ya se sabía de su inocencia, imágenes del joven cuando fue detenido en medio de gritos histéricos de asesino o hijo de puta. Televisiones supuestamente serias recogían testimonios de vecinos que hablaban directamente de matarle, sin juicio ni ostias...Fue toda una carrera de errores del sistema sanitario y policial, pero lo de la prensa no tiene nombre. Y lo peor es que cuando se supo que era inocente, nadie rectifica, se callan, ocultan, pasan como si no fuera con ellos. Un prestigioso diario de tirada nacional que llevó el caso en portada calificando a Diego de asesino, cuenta su inocencia en una brevísima nota que cuesta encontrar en páginas interiores.

Como sé que no lo harán, y como miembro del gremio del que me avergüenzo, Diego, te pido perdón y justicia, porque esto alguien debería pagarlo.

¿Qué estatut?

Lo que está pasando con el discutido Estatut de Cataluña, si ese que tiene ya tres años, que se está desarrollando y que está pendiente de una sentencia del Tribunal Constitucional, empieza a ser un culebrón de lo más pesado y no necesariamente por el texto de su articulado. Es un asunto raro. Quizá mejor habría que decir que es espinoso. Porque solo al frívolo Zapatero, alias presidente del gobierno español, se le pudo ocurrir dar alas, con tanta frivolidad, a los que en Cataluña buscaban ampliar competencias y atribuirse algunas que, a las claras chocaban con el actual ordenamiento jurídico del estado. Es verdad que Zapatero y sus adlateres pulieron un poco el texto que aprobó el parlament catalán, a pesar de que se había comprometido a no hacerlo. Pero, a tenor de las filtraciones que se van sabiendo de los debates en el Tribunal Constitucional, aquel peinado no fue suficiente y quedan muchas cosas que chirrían si se quiere ser coherente, digo si se quiere, con la actual Constitución española. Total, que el fregao es condierable, porque el Tribunal Constitucional está embarrancado, empantanado y casi paralizado en el debate sobre lo que hay de legal o no en ese texto autonómico. Y las filtraciones contribuyen, y no poco, a aumentar la crispación de unos y otros, de los que apoyan el texto tal y como está y de los que creen que se ha ido demasido lejos.

Personalmente creo que el texto se salió de madre, que eso del reconocimiento de Cataluña como nación es un despropósito, y que hay un sinfín de artículos que raramente encajan en la actual Constitución. Así las cosas la solución parece difícil, cuando no imposible, y nadie va a estar contentos. Porque si se aprueba tal y como está, lo más probable es que el resto de las autonomías se lancen a buscar más o menos lo mismo, con lo que este país va a ser un sindios, con una Constitucional con descosidos por todos lados. Si se recorta el dichoso estatut lo que van a poner el grito en el cielo son los nacionalistas catalanes y no digamos ya los independentistas, que verán reforzados un argumentos para romper amarras.

Todo esto por ir muy aprisa, por la naif visión política de Zp y por el desaforado amor del PP a tirarse al monte cuando de Cataluña se habla. Reconducir la cuestión parece imposible. Lo que sea que sea ya, en todo caso, por favor. Ah, Zapatero, lo que tengas que decir del Estatut mejor lo haces aquí, en las españas que en El Cairo (manía les ha dado a nuestros políticos de decir fuera lo que se callan aquí).

Vaya por descontado que si yo fuera catalán pensaría de otra forma. Y es que les estamos haciendo unos feos que no se ni como lo aguantan....(por cierto, muy recomendable leerse las memorias de Jordi Pujol).

Salud

IMPUDICIA

Es verdad. Hay imágenes que valen más que mil palabras. La del señor Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, alias "el trajes" al volante de un ferrari, llevando como copiloto a Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, alias "la bolsos", llevando como paquetes a los pilotos de fórmula 1 Alonso y Massa, es de las que revuelven las tripas. Desde luego piloto y copilota demuestran cada día que lo suyo no es jeta, es hormigón puro. Que los pilotos se dejen manipular de esa forma debe entrar en contrato, porque bien acostumbrados deben de estar a tragar todo tipo de sapos en un mundo tan corrupto como el de la gran fórmula, pero de ahí a compartir coche con dos personajes tan deleznables hay un trecho que no deberían traspasar.

La imagen es un tanto antigua. Remonta a otras épocas. El problema es que es de ayer mismo y huele...mucho. Porque el señor Camps debería haber estado en Barcelona, escuchando a su jefe, Rajoy, que parece ser el único que se cree que todavía es lider del PP. Pero ni Camps ni la lideresa madrileña Aguirre estaban por la labor. Le hicieron otro feo y él tan campante.

¿Es que no hay forma de poner coto a tanto sinvergüenza?.

Salud

Una broma estúpida

En esta España que nos toca sufrir ya se sabe que eso de los consensos es rara avis, y más en los últimos años. Pero parece que Zapatero, presidente del gobierno, y Rajoy, dícese líder de la oposición, han tenido un punto de coincidencia, seguramente porque ambos se levantaron graciosillos. Y ya puestos para que desaprovechar el momento. Así que ni cortos ni perezosos deciden, por consenso, que bonito, nombrar commo nuevo mandamás de la puteada RTVE a Alberto Oliart.

Veamos, el señor Oliart tiene una vasta trayectoria política, con punto álgido en la etapa de la transición española, si, ya saben, aquella del siglo pasado. Tiene el buen hombre, felicidades, 81 años, y reconoce que no tiene ni pajolera idea de eso de la tele y la radio....

Dicen desde Moncloa, vivienda provisional de Zapatero, que se buscaba un perfíl más institucional, porque los cambios en la rtve ya están hechos y además, sin publicidad desde enero, ya no tienen que llevar una política tan agresiva para captar audiencia. De ahí que opten por un madurito, al estilo anglosajón, olvidándose que en cuanto a la plantilla decidieron optar por el modelo jovencito, arrinconando o ereando a los mayorcitos.

Digo yo que semejante tarascada, la del nombramiento de Oliart, podría deberse a la imposibilidad cierta de que pueden consensuar otro nombramiento más profesional, más cercano al medio y mas joven. Así que optan por el disparate y el que venga detrás que se joda.

Bueno. En esta estamos. El problema es que lo que está en juego es el futuro de la radiotelevisión pública y, mire señor Oliart, con todos mis respetos, y por muy bien amueblada y lúcida que tenga la cabeza, me parece una temeridad que usted acepte entrar en este juego. Le hace usted un flaco favor a la corporación, a los trabajadores y a los ciudadanos en general. No le digo nada lo que piensan los más de cuatro mil que tuvieron que abandonar la santa casa para sanearla (ja) y prepararla para un futuro pletórico de juventud.

Esto tienen que explicarlo. Pero bien. Sin chorradas. Porque sino habría que echar mano de una de esas teorías de la conspiración, para entender que lo que realmente quieren es acabar con la radiotelevisión pública. Pero no nos vamos a dejar arrastrar a eso....de momento.

Salud

DE PIRATAS Y VILLANOS

Nos piden, a todos, estos días que seamos prudentes a la hora de informar sobre todo lo que rodea a la toma, por piratas somalíes, del pesquero español Alakrana. Bien, prudencia no significa necesariamente estar callados. Lo importante ahora, indudablemente, es que los treinta y seis tripulantes del buque regresen cuanto antes sanos y salvos, que cuarenta días de cautiverio, en manos además de unos tipos imprevisibles, deben ser realmente muy difíciles de llevar. Lo que ocurre que uno no puede permanecer callado ante tanto despropósito, tanto aprovechado y tanto sinvergüenza. Probablemente el gobierno está haciendo lo que puede, y seguramente habrá más de mil opiniones sobre que debería hacerlo de otra forma, pero un secuestro es un secuestro y nadie puede poner en duda la buena voluntad de los que están legitimados y autorizados para buscar una solución buena y cuanto antes. Pero eso no impide denunciar el cúmulo de desatinos cometidos en estas semanas, entre ellos el traer a España a dos de los secuestradores, para someterlos a nuestra moderna(?) maquinaria judicial, como si no fueramos conscientes que ese tipo de historias, en cuestiones como estas, no valen y que al final habrá que enviarlos de vuelta, donde volarán como pájaros líbres. Así que gastos inútiles para nada, porque ni siquiera valen como gesto para la galería. Están además los familiares, cuya zozobra y sufrimiento es comprensible, aunque no tanto que algunos se conviertan en estrellas mediáticas y torpedeen, con su lógico sufrimiento, los esfuerzos para acabar con el secuestro. Y es que nadie es inocente y menos los que sabían donde se metían.

Digo esto, aunque quizá habrá que rescatarlo más adelante, cuando el secuestro acabe felizmente,porque no conviene olvidar por qué se ha llegado a esta situación.

Somalia es un sindios, un país que no es tal, con un gobierno nominal sin control alguno sobre el territorio, donde, desde hace decadas, señores de la guerra y bandas de todo tipo imponen la ley del mas fuerte. Agotados los recursos internos, vieron en el ancho mar la posibilidad de sacar tajada y lanzáronse al pirateo, sabiendo seguramente los buenos resultados que les da tal actividad a bandas parecidas en los mares del sudeste asiático. Tenemos pues un país destrozado, y miles de millas marinas totalmente fuera de control, por donde pasan importantes rutas marítimas y con caladeros todavía no agotados, sobre todo de atún.

Y es precisamente ahí a donde acuden unos cuantos pesqueros españoles, a pesar de que saben el riesgo que corren. El secuestro del Alakrana no es un episodio aislado. Son decenas los casos ocurridos en meses anteriores. Y a pesar de eso se arriesgan en una zona peligrosa. Pero lo más chocante es que además de saber que esas aguas son muy peligroas, el pesquero se alejó de la zona de seguridad establecida por la flotilla internacional, probablemente confiando que allí la pesca sería mucho mayor.

La decisión, y por tanto la responsabilidad, de navegar en esas aguas y de alejarse de la zona protegida tiene lógicamente unos responsables, que no son precisamente los tripulantes del pesquero. Sí lo es su capitán y, sobre todo, el armados, cuya codicia no le impide poner en peligro a sus empleados, delegando luego en el estado el trabajo de sacar las castañas del fuego. Que los secuestradores somalíes son piratas y por tanto delincuentes es cosa sabida y de difícil solución. Pero hay comportamientos villanos e igualmente delincuentes, como los que llevan a determinados elementos a ordenar al capital dirigirse a esa zona, sabiendo la posibilidad altísima de que se produzca un incidente.

Y, una vez que pase todo, sería deseable que el gobierno y las autoridades judiciales pongan a cada uno en su sitio, se exijan responsabilidades y, lo que les dolería más, exijan el pago de tanto esfuerzo por sacarles de un atolladero en el que se metieron ellos solitos.

Así que solidaridad sí, pero solo con los tripulantes y sus familias, pero justicia también y que caiga con todo rigor sobre los responsables de esa imprudencia temeraria.

Salud