¡LIBERTAD, LIBERTAD!
El descerebre no es cosa solo de algunos jóvenes, y quizá no sea lo más preocupante que se manifieste con tanta alegría en estos. Lo que sí que da que pensar es que lo disfracen de libertad y, si no fuera por la pandemia, no quedaría más que como un ejemplo de mala educación y de bajo o nulo respeto por los que no están en su onda. Lo preocupante, digo, es que ese es el santo y seña de algunos políticos. No es la única, aunque sí la más reciente, la lideresa de Madrid. Con la simpleza argumental de la que hace gala, Ayuso proclama con orgullo y esa media sonrisa que no voy ni a calificar, que la libertad es precisamente eso, hacer lo que le de la gana cuando y donde quiera y a la hora que quiera. Y así nos va.
Y así se trituran cientos de años de pensamiento, de filosofía, de debate político. Libre es hacer lo que a uno le da la gana. Aquello de que la libertad de uno termina donde empieza lo del otro, es demasiado elaborado y complejo para entenderlo.
Buscando explicación, quizá estemos ante generaciones víctimas de un fallido sistema educativo, que ha ido arrinconando, cuando no eliminando, las humanidades, y en concreto la Filosofía, para incrementar las horas lectivas de las materias que se importan, las productivas. Ayuso pertenece a esa generación y no debe extrañarnos que tantos se identifiquen con su tontería. Tontería que por cierto se extiende como el aceite por el país.
Es lo que hay.
Etiquetas: AYUSO, FIN ESTADO DE ALARMA, LIBERTAD, Madrid
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