OBAMA 100

Obama, Mr. President, cumple días. Ya son 100  como presidente de la Estados Unidos y, por tanto, a todo el mundo le-nos da por echar un primer vistazo a lo que ha hecho en estos tres meses largos. La verdad es que al hombre se le ha visto. Mucho. Como que no hay noticiario que no nos cuente alguna iniciativa suya, desde un plan financiero espectacular a la compra de un perro para sus hijas. Yo lo que veo es que sale mucho. Y eso no sé si es suficiente para los tiempos que corren.

Lo que mas me llama la atención es la imagen de serenidad. No se inmuta ni en una cumbre, ni en una conferencia de prensa, ni estrechando manos. Va a ser que tiene carisma, porque lo de ser un robot como que no le pega. Hay que reconocer que ha hecho muchas cosas, casi todas centradas en la crisis económica, además de algún decreto efectista como el cierre de Guantánamo (aunque le queda una temporadita) o la desclasificación de papeles secretos del olvidado Bush, que dejan a las claras sus desmanes, pero de ahí Obama no pasa, porque de juzgar a los torturadores y cómplices nanay. 

No sé, será porque había creado una gran expectación uno esperaba más. ¿Qué mas?. No sé, ya digo es por pedir. Lo que ocurre es que cuando uno analiza su política exterior pues no aprecia cambios significativos. Dice que se irá de Iraq, pero más adelante y ya veremos como evoluciona la situación. Sigue en Afganistán y mucho me temo que tendrá que meter mucha más mano en Pakistán, ultimamente muy alborotado por los talibanes propios. Sigue creyendo en la Otan y parece que le gusta la idea de convertirla en el brazo armado del poderoso Occidente, para dejar claro quien manda en el mundo. Respecto a Cuba, ese grano  en el culo que tanto incordia a las administraciones Usa, una medida timidita no vaya a ser que se disgusten las bases de Miami. Y en lo demás, mas de lo mismo.

Es pronto. Cien días pueden ser mucho o nada. Depende del grado ansiolítico del personal. Pero el mundo no está para muchas esperas. La crisis sigue anegando los países de parados. La dichosa gripe porcina mexicana se le ha colado por la trasera y supone todo un aviso, ¿o una distracción?, para el mundo.

Me da la impresión que faltan objetivos más claros, que se van salvando los muebles a medida que avanza la marea, que se improvisa mucho y que cada cual va a su bola. En fin, menos mal que hay alguna migajita de esperanza. La buena noticia esta mañana, al menos para 450 curritos en España, es que serán contratados por Renault este verano para sacar más Megane al mercado. Parece que las ventas se recuperan.¿Un espejismo  o una rendija de salida?. Veremos.

Salud

LA VIDA CONTINUA

La vida continua continúa, y que sea para bien. Hoy retomo el blog, tras pausa forzada por avatares varios, y lo hago movido por dos resortes. El primero una frase de mi admirado Paul Theroux, en la estupenda entrevista que hoy publica el diario El País, del también escritor Santiago Rocangliolo, y que ha sido como un mazazo matinal, más que un despertador. 

Dice así: "Cuando envejeces, te vuelves invisible. Nadie se te acerca, nadie te habla, nadie trata de venderte nada". ¡Qué terrible!. Esta mañana, paseando por Madrid, fui consciente, si no es por primera vez, casi, de la cantidad de gente que va sola por la vida. Se le nota que está sola por la enorme tristeza que destila. Van como desorientados sin probablemente estarlo. Ajenos a lo que les rodea y, al mismo tiempo, alertas por si tienen un cabo al que agarrarse. La soledad, por mucho que digan, apesta, y es un mal mayor.

El otro resorte ha sido un video que me ha enviado mi amiga Ara y que me ha resultado especialmente cercano y duro, durísimo, de los que te golpean bien.

Así que con estas dos buenas razones en el cuerpo decidí echarme a la calle. Respirar la primavera que estos días se respira, como en otros muchos sitios, en Madrid por todas partes. Estaba hermoso. Los alrededores del Museo del Prado, la cuesta de Moyano, la plaza Santa Ana...Y he aprovechado para echar un vistazo en el Thyssen y en el centro cultural de Cajamadrid a una exposición compartida, "La sombra", que si uno está por la capital merece la pena de todas todas.

Así que uno se reconcilia con la vida y en medio de le histeria pandemiera de los medios de comunicación y de la histeria misma de toda gran ciudad, hay espacios para la quietud, el paseo,  y la belleza de la primavera. Aunque esas cosas se vivan junto a esas sombras de soledad que pueblan las calles, por cierto cada vez más tomadas por gente pidiendo, de todas las edades. La crisis baja a las aceras. Esa sí que se nota.

Salud