HAMBRUNA EN SOMALIA

Hay imágenes que estremecen y no parecen lo mejor para afrontar el día. Pero es lo que hay. La realidad es así de dura. Y si no que se lo pregunten a los casi cuatro millones de somalíes que además de sufrir la violencia de una guerra interminable y una pobreza endémica, padecen ahora una sequía inédita en los últimos veinte años, que los tiene en situación de hambruna, con un goteo diario de muertos insoportable. La ONU ha dado la alarma internacional ante la gravedad de la situación. Por cada diez mil personas, cada día mueren dos adultos y cuatro niños. Y la cosa va a peor. Además en la zona, el sur de Somalia, opera una guerrilla, al parecer afín a Al Qaeda, que prácticamente prohibe el acceso a la región de las agencias internacionales de ayuda y cuando lo hace en plan cuentagotas.

Es una situación que debería avergonzarnos a todos, y sobre todo a quien tiene el poder para solventarla y no lo hace. Así que la tragedia puede alcanzar cotas difícilmente soportables. El problema añadido es que el mundo, el rico, se pasa el día mirándose el ombligo. En el plano internacional, intentando salvar una crisis financiera originada por los más ricos. Y en el plano interno, el español pongamos por caso, analizando si con una multa se salvan los muebles y se puede seguir en política, con toda la desvergüenza del mundo, y afanando lo que se pueda.

Salud