AY, PORTUGAL,¿POR QUÉ TE QUIERO TANTO?
Bueno, a atarse los machos. Viene otra etapa de inestabilidad y todo apunta que, además de Portugal, afectará especialmente a España. Y no es cuestión de ser agoreros, sino de que visto como han ido hasta ahora las cosas, casi todo invita al pesimismo.
Los líderes de la UE se las prometían muy felices y entre hoy y mañana iban a rubricar el pacto por el Euro, que supondría la vacuna más eficaz contra los vaivenes de los mercados y un freno importante a los especuladores. No se esperaba que el eslabón más débil, lo digo por la situación de acoso a que está sometido, hablo de Portugal, fallara en el último momento. Pero eso es lo que pasa cuando un primer ministro va de iluminado y actúa de espaldas al país. Y es que el bueno, o el malo, de José Sócrates, convencido de que tenía la fórmula única para evitar el rescate financiero, ese ogro que primero se tragó a Grecia y luego a Irlanda con costes disparatados, se plantó en Bruselas con otro plan de ajuste, el tercero, que suponía más recortes sociales y salariales. Y lo hizo sin encomendarse a dios o al diablo.
La soberbia mata, y al brillante líder socialista se le nubló la vista creyéndose poseedor del remedio único, desdeñoso con una opinión pública muy cabreada y una oposición que vio la oportunidad de pasarle factura. Y es que no se sabe que molestó más a la oposición, si fue esa prepotencia del primer ministro o las medidas mismas que, como quien dice, conocieron por la prensa.
Le estaban esperando en Lisboa y cuando Sócrates regresó de la capital europea se dio cuenta de que pintaban bastos y en un ejercicio más de soberbia decidió jugársela a una sola carta, ya demasiado utilizada: yo, o el caos. Y la oposición se lanzó decidida al caos. La derrota parlamentaria socialista estaba cantada y la apuesta de Sócrates le salió muy cara, tuvo que cumplir su palabra y dimitir. Y lo hizo anoche.
La espantada de Sócrates crea una incertidumbre cuyo alcance es difícil de vislumbrar. De momento, dicen los analistas políticos, con un gobierno en funciones a Portugal no le queda mas remedio que solicitar ese rescate, que se hará cada vez más caro a medida que pasen las semanas y se decida si hay otro gobierno socialista o se va a elecciones. Hasta entonces, hasta que haya otro ejecutivo, no podrá negociar las condiciones de ese rescate.
Segunda consecuencia, volverá la inquietud a los mercados, la volatilidad y las presiones sobre la deuda. Y no hace falta adivinar que el nuevo objetivo será España. A pesar de cumplir con todos los deberes, de ser alabado por dirigentes y expertos de la UE, el plan de ajuste español puede hacer aguas si los especuladores deciden jugársela. Y es que hay un dato especialmente preocupante y es la exposición de la banca española en Portugal, ya que tiene en sus manos buena parte de la deuda del país vecino. Pintan mal las cosas y no parece que la cumbre europea vaya a tener la agilidad que requiere el caso.
A pesar de todo, te queremos, Portugal.
Etiquetas: JOSÉ SÓCRATES, portugal, RESCATE FINANCIERO
1 Comments:
No entiendo mucho de economía -salvo la doméstica- pero estoy bastante de acuerdo. Tampoco a mi me gusta la soberbia y Sócrates, efectivamente, pecó de ella.( Quizas se creyó pariente del filósofo)Me gustaría pensar que más que de engreído va de de Quijote. Al fin y al cabo, somos vecinos y todo se pega. Lo bueno es que en la Península Ibérica hay playas, luz y gente maja. Y eso- creo yo-es todo un lujo para Bélgica y periferia. Pensemos que no nos pueden borrar del mapa y que si quieren veranear tendrán que ayudarnos. Sobre todo a España que, para bien o para mal, es mayor - aunque no mejor que Portugal.Los que nos criamos en el extanjero pensamos asi.
PD:Me gusta el blog y me ayuda a ponerme al dia. Gracias.
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