SE ABRE LA VEDA

Cuestionar esa "simpática" invitación lleva a recibir miradas reprobatorias, admoniciones, y peticiones de que lo deje pasar por parte de los compañeros que compartían mesa. Pero no...
Con absoluta educación le recordé al camarero que la ley prohibe fumar, que no soy fumador y que no tengo por qué aguantarlo. Ante sus balbuceos le insistí en que no había ni una sola buena razón que me impidiera protestar, que la mayoría en este país somos no fumadores y que no veía por qué tenía que joderme yo, a quien amparaba la ley, para que disfruten otros, que la violan.
Ya se que intentar ser legal en este país es ser antipático, cuando no le tildan a uno de fundamentalista y demás epítetos con que tan generosamente nos bendicen algunos fumadores. Hasta nos llaman delatores por defender lo único defendible. Pero ahí están restauradores y fumadores atrincherados en sus razones obscenas para justificar lo injustificable. Va a ser que en este país, como siempre, lo único que sirve es el palo, así que estaría bien una multa significativa como primer aviso, con apercibimiento de cierre y clausura posterior si la cosa continúa.
Que no. Que no hay por qué aguantarlo.
Etiquetas: INCUMPLIMIENTO, TABACO PROHIBICION FUMAR LEY
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