La re-Eta

El asunto, si no implicara tanto dramatismo, tanta violencia gratuita y tanto sufrimiento, aburre. Una vez más los encapuchados montan el numerito, por cierto podrían variar un poco la escenografía, con un comunicado en el que anuncian una tregua permanente, general y verificable, como si a estas alturas del partido pintaran algo para hablar en esos términos. El comunicado es todo un monumento al despropósito y utiliza un lenguaje tan trasnochado como lo defendida por esa banda de criminales. Que todavía haya quien los defienda pueda que se deba más a lazos afectivos y familiares que a razones políticas, totalmente superadas.

Pero bueno, siempre hay quien les entra al trapo, no se si confiados en que realmente desaparezca definitivamente la violencia, o simplemente por mantenerse en su papel, sin importar mucho ni contexto ni razones objetivas. Me refiero especialmente a esos que, unilateralmente, han decidido convertirse en mediadores internacionales y de paso en agentes supervisores de la dichosa tregua que es unilateral, recordemos, y no general como pretende la banda. Que personajes como Brian Currin y otros europeos y sudafricanos se atrevan a meterse en ese pantanal habla por si solo de su enorme desconocimiento de Eta y su entorno y de la realidad del País Vasco y España. Salvo los etarras, nadie les ha pedido mediación alguna, ni supervisión de treguas, ni papel ninguno de mediación. Aquí hay que aplaudir al vicepresidente Rubalcaba, que les recordó que este es un país democrático, que tiene sus propias vías de supervisión y que en ningún caso va a dialogar con esos autonombrados mediadores porque no hay ni negociación ni diálogo posible.

Se resiste Eta y su entorno a aceptar su derrota, pero lo envuelvan como lo envuelvan lo cierto es que están contra las cuerdas, que su financiación hace aguas y que si quedan fuera de las próximas elecciones la asfixia económica será letal.

Lo de los comunicados de Eta cada vez comienza a parecerse más a una de esas excentricidades tan propias de España, uno de los pocos países, por cierto, que permite que dirigentes y partidos políticos apuesten por el desmenbramiento del país, homenajeen a terroristas y autorice manifestaciones que califican a los presos etarras de víctimas. Esto no pasa en casi ningún sitio, y por supuesto en ninguno de esos grandes países a los que tanto pretendemos parecernos.

Salud