SIN HUMO

Por fin entró en vigor la dichosa ley anti-tabaco, que pretende remediar las lagunas y fallos de la primera norma y que, si nadie lo remedia, correrá suerte parecida y se convertirá en una charlotada más. Y es que eso de cumplir las leyes, cuando a una parte del personal no le da la gana, es un imposible en este país. Véase foto adjunta de un asador, en Marbella, que se apunta, el muy imbécil, el dueño, digo, a la insumisión contra la ley y encima tiene el morro de pedir disculpas a los que se sientan perjudicados. Lo de la insumisión en este país empieza a ser una peste, y lo mismo vale para los antiabortistas, que para los fumadores irrespetuosos o los gobiernos del caña-party autonómicos.

Y en estas, el gobierno, mostrando la debilidad que le caracteriza, apuesta por el buenísmo y "espera" que el buen sentido del personal vaya asentando la ley. El problema está en que si no hay palo no se cumple, y como parece que palo poco pues eso...otra ley para la colección de incumplimientos. Porque si en apenas dos días las denuncias por incumplimiento superan el millar, y seguramente apenas son representativas de la realidad, en quince días todo olvidado y cada cual hace lo que le da la gana. Y así, una vez más, resulta que la mayoría, la gran mayoría de los ciudadanos, saldrán perjudicados porque unos cuantos miles de "ciudadanos" hacen de su voluntad ley y a los demás que les den. ¡País!

Salud