NUEVO AÑO, NUEVO PAÍS

Este 2011 que apunta continuidad en la crisis económica, que aquí traducimos con más paro, más inseguridad laboral y, en definitiva, más incertidumbre, arranca con alguna buena noticia. Por ejemplo el nacimiento de un nuevo estado cuyo nombre todavía no está claro pero que, de momento, se llama Sudán del Sur. Desde ayer están votando con entusiasmo. Hay larguísimas colas y ambiente festivo para este referendum que mantendrá los colegios electorales abiertos durante siete días.

Los votantes tienen para elegir dos opciones: una papeleta en la que se ven dos manos y propone mantener Sudán unido; y otra, en la que aparece una sola mano y significa que se apoya la secesión. Nadie duda a estas alturas, y después de tantas décadas de conflicto armado y tantas atrocidades, de que la inmensa mayoría de la sufrida población del sur sudanés optará por la independencia. Lo de Sudán es un artificio surgido de los desvaríos coloniales británicos. A pesar de las diferencias étnicas y sobre todo religiosas decidió conceder la independencia a ese vastísimo territorio en 1956, a sabiendas que la convivencia era prácticamente imposible. No hay manera de pasar factura por semejantes barbaridades de la potencia colonial, que condujeron a años de atropellos, matanzas, desplazamientos de población, desatención a millones de personas atenazadas por la hambruna....Hay un nombre, Darfur, que simboliza parte de ese sufrimiento, de esa persecución, de esa catástrofe que siempre fue Sudán. La mayoría musulmana del norte quiso imponer su poder y su ley en un sur distintos, cristiano, animista, multiétnico y el conflicto estaba servido...

Por una vez, y después de mucha negociación y concesiones a Jartum, es posible que la cosa acabe bien y que nazca un nuevo estado, cuyo principal reto será sobrevivir. Con un territorio devastado y una población sin apenas recursos, en la frontera con el norte hay importantes yacimientos de petróleo que pueden originar roces y conflictos. La paz puede ser una quimera para el nuevo país si no logra retener el control sobre esos recursos vitales para su viabilidad. De momento es hora de democracia y elección. Toca independencia.

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