Y AHORA...¿QUE?

La policía desalojó anoche a los acampados en la Puerta del Sol, en Madrid. Ya lo habían advertirdo y, en fechas electorales, está claro que las "autoridades" no iban a consentir la instalación de un campamento de protesta en pleno centro de la capital. Era una acampaña pacífica y una forma de mantener vivo el movimiento iniciado hace unos meses que desembocó en la movilización masiva del pasado domingo, cuando miles de personas se manifestaron en todo el país. Miles y miles de indignados paganos de una crisis que esta arruinando el estado del bienestar y el futuro de millones de personas.
Ha sido la mayor muestra de descontento popular que se recuerda en España, convocada por una plataforma de grupos, "DEMOCRACIA REAL YA" que nayoritariamente pertenecen al campo ideológico de la izquierda. Me da que no había mucho votante potencial del PP entre los que salieron a la calle.

Las manifestaciones fueron la representación de ese enorme cabreo de fondo que hay en la sociedad ante la nueva dictadura de los mercados, la avaricia de los banqueros y la inutilidad de los políticos. Hay un enorme hartazgo y una rebelión civil porque no se acepta mas la resignación, el quedarse parados ante tanto desmán político-financiero qu tan gravemente está dañando a los ciudadanos. No se sienten representados, se sienten mas bien desamparados y sin representación legítima en los foros en los que hay que dar el puñetazo en la mesa y decir basta ya.

No es extraño que los partidos, sobre todo los de izquierda, estén estos días de los nervios ante una movilización que les afea su connivencia con los poderosos y su falta de iniciativas para salvar el mobiliario social. En la derecha el PP se frota las manos, convencidos de que esta guerra no va con ellos y que solo facilitará aún mas su previsible victoria.
Pero ahora ¿qué?. ¿Continuarán las movilizaciones o serán flor de un día?. ¿Que pasará tras las elecciones del domingo con una derecha superinstalada en ayuntamientos y comunidades autónomas?. Las razones para protestar me imagino que seguirán vigentes. Mantener la movilización ciudadana será un reto extremadamente difícil, dada la compleja articulación de este movimiento, pero no imposible. Últimamente nada es lo que parece y, a lo mejor, nos llevamos la sorpresa de que lo que arrancó hace tres meses pueda convertirse en una voz tan potente y sin precedentes que de un fuerte meneo, y aviso, a nuestra amuermada clase política. El tiempo lo dirá.