ADIOS EUROPA, ADIOS
La pavorosa crisis económica que vivimos trae, aparte de los daños financieros, el paro y el empobrecimiento general, efectos de más calado que arruinan, por ejemplo, muchos años de duro trabajo para la construcción europea. Uno de sus éxitos más reconocidos, el tratado de Schengen está moribundo y le quedan, como mucho, unas semanas de vida, hasta la cumbre de jefes de estado del próximo Junio.
Schengen, al que pertenecen 22 países, consagra el principio de libre circulación de ciudadanos en casi toda la UE (salvo Reino Unido, of course, Irlanda, Chipre, Bulgaria y Rumanía) y algunos países aledaños tipo Suiza y Noruega. Fue uno de los logros más visibles de la larga marcha hacia la unión política europea y ha ido sobreviviendo sin sobresaltos hasta ahora. Pero las cosas han cambiado.
Primero esa crisis económica global y brutal nos ha hecho a todos más egoistas. Los distintos gobiernos de la UE miran primero por si mismos y sus nacionales, en una ciega política de sálvese quien pueda y además con sus muebles. Las distintas elecciones además han contemplado el resurgimiento y reforzamiento de la extrema derecha en distintos países, bien conocida precisamente por su insolidaridad y su apuesta por la discriminación. Cuando uno mira solo para su casa, se intenta protegerla al máximo y se acaba mirando como intrusos, cuando no como presuntos criminales, a cualquier que venga de fuera.
Segundo, la crisis en el norte de Africa, y el consiguiente aumento de la llegada a Italia de pateras desde Túnez o Líbia, apenas treinta mil personas, ha puesto de los nervios a Berlusconi, que ya había dado muestras de intolerancia histérica al expulsar a miles de rumanos, por cierto ciudadanos de la UE. Si para quitarse el problema de encima no se le ocurrió otra idea que invitarlos a irse a Francia, la cosa no podía sino empeorar. Porque Sarkozy tiene un pronto incontrolable y echó mano de las llamadas "circunstancias excepcionales" para bajar barreras en su frontera italiana en Ventimiglia. A pesar de que ese incidente está aparentemente superado, el daño ya está hecho. Ambos dirigentes, preclaros ellos, decidieron que había que revisar el tratado de Schengen. Había que adaptarlo a las "nuevas realidades", o sea acomodarlo a sus intereses.
Abierta la espita, por ella se han colado los ultras daneses que han forzado a su gobierno a restablecer, desde ayer, y de forma permanente, sus barreras con Alemania y Suecia. Todo por apoyar la reforma de las pensiones. Y el resto de los países se reunen hoy para proponer la dichosa reforma que, si nadie lo remedia, pondrá fin a la ilusión de la libre circulación por Europa.
Un gravísimo paso atrás que confirma los peores temores. Lo de la Unión es ya una quimera sin futuro alguno y muchos virajes tiene que dar la historia para que aparezcan líderes y sentimientos populares que apuesten otra vez por un entendimiento más estrecho y una unificación de verdad. Lo dicho, cada uno a la suyo. ¿Qué será lo siguiente?, ¿la desaparición del euro?.
Etiquetas: Berlusconi, Dinamarca, SARKOZY, Tratado de Schengen, UE
1 Comments:
Comparto casi todo y ojalá no fuera así pq me gusta eso de ver la botella medio llena. Pero es verdad. La crísis nos ha vuelto más suspicaces. Supongo que a todos; incluso a los que aún queremos creer en la solidaridad.Yo, de momento, haré lo que buenamente pueda para defender a mis amigos inmigrantes. Y pondré una vela para que Dios - si existe - aclare las ideas a Berlusconi y Sarkozy.También me planteo - no se cómo - empezar a hacer hucha en dólares. A ser posible, canadienses pq me encantaría jubilarme en Canadá. Saludos, gracias y suerte.
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