ADIOS EUROPA, ADIOS

Schengen, al que pertenecen 22 países, consagra el principio de libre circulación de ciudadanos en casi toda la UE (salvo Reino Unido, of course, Irlanda, Chipre, Bulgaria y Rumanía) y algunos países aledaños tipo Suiza y Noruega. Fue uno de los logros más visibles de la larga marcha hacia la unión política europea y ha ido sobreviviendo sin sobresaltos hasta ahora. Pero las cosas han cambiado.
Primero esa crisis económica global y brutal nos ha hecho a todos más egoistas. Los distintos gobiernos de la UE miran primero por si mismos y sus nacionales, en una ciega política de sálvese quien pueda y además con sus muebles. Las distintas elecciones además han contemplado el resurgimiento y reforzamiento de la extrema derecha en distintos países, bien conocida precisamente por su insolidaridad y su apuesta por la discriminación. Cuando uno mira solo para su casa, se intenta protegerla al máximo y se acaba mirando como intrusos, cuando no como presuntos criminales, a cualquier que venga de fuera.
Segundo, la crisis en el norte de Africa, y el consiguiente aumento de la llegada a Italia de pateras desde Túnez o Líbia, apenas treinta mil personas, ha puesto de los nervios a Berlusconi, que ya había dado muestras de intolerancia histérica al expulsar a miles de rumanos, por cierto ciudadanos de la UE. Si para quitarse el problema de encima no se le ocurrió otra idea que invitarlos a irse a Francia, la cosa no podía sino empeorar. Porque Sarkozy tiene un pronto incontrolable y echó mano de las llamadas "circunstancias excepcionales" para bajar barreras en su frontera italiana en Ventimiglia. A pesar de que ese incidente está aparentemente superado, el daño ya está hecho. Ambos dirigentes, preclaros ellos, decidieron que había que revisar el tratado de Schengen. Había que adaptarlo a las "nuevas realidades", o sea acomodarlo a sus intereses.
Abierta la espita, por ella se han colado los ultras daneses que han forzado a su gobierno a restablecer, desde ayer, y de forma permanente, sus barreras con Alemania y Suecia. Todo por apoyar la reforma de las pensiones. Y el resto de los países se reunen hoy para proponer la dichosa reforma que, si nadie lo remedia, pondrá fin a la ilusión de la libre circulación por Europa.
Un gravísimo paso atrás que confirma los peores temores. Lo de la Unión es ya una quimera sin futuro alguno y muchos virajes tiene que dar la historia para que aparezcan líderes y sentimientos populares que apuesten otra vez por un entendimiento más estrecho y una unificación de verdad. Lo dicho, cada uno a la suyo. ¿Qué será lo siguiente?, ¿la desaparición del euro?.
Etiquetas: Berlusconi, Dinamarca, SARKOZY, Tratado de Schengen, UE
1 Comments:
Comparto casi todo y ojalá no fuera así pq me gusta eso de ver la botella medio llena. Pero es verdad. La crísis nos ha vuelto más suspicaces. Supongo que a todos; incluso a los que aún queremos creer en la solidaridad.Yo, de momento, haré lo que buenamente pueda para defender a mis amigos inmigrantes. Y pondré una vela para que Dios - si existe - aclare las ideas a Berlusconi y Sarkozy.También me planteo - no se cómo - empezar a hacer hucha en dólares. A ser posible, canadienses pq me encantaría jubilarme en Canadá. Saludos, gracias y suerte.
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