EL LARGO ADIÓS DE BERLUSCONI
Han tenido que ser Merkel y Sarkozy los que le asestaran el golpe definitivo. Los ajustes que le impusieron ya hace unos meses y cuya aprobación Berlusconi ha ido retrasando con su estrategia favorita, marear la perdíz, parece que se han convertido en la puntilla final. Y digo parece porque con Silvio Berlusconi nada puede darse por seguro.
El plantón de una parte de los suyos ayer en el parlamento le ha sentado muy mal y no se sabe si por despecho, o esta vez en serio, ha dicho que se va, que no lo entiende y que la única salida que le queda es ir a elecciones. Todo en
una nebulosa, porque dimitir no ha dimitido, condiciona su salida a la aprobación de los presupuestos, que contienen los dichosos ajustes, y quiere atar muy en corto su sucesión.
A nadie le sorprendería que Berlusconi, maestro en esto de la supervivencia, guarde todavía alguna carta. Y así, mientras sus socios nominales hacen quinielas con el sucesor, él se queda en la sombra y empieza a maniobrar.
En Italia hay la sensación de que sólo hay un nombre para la situación actual, el ex-comisario europeo Mario Monti, actualmente retirado reflexionando sobre Europa, el único que podría formar algo así como un gobierno de unidad nacional. Pero los más cercanos a Berlusconi, seguramente alentado por este, apuestan por Angelino Alfano, actual ministro de Justicia, y constructor de todos los cambios legales que han permitido al todavía primer ministro burlar a los tribunales y escapar a los juicios que le persiguen.
Es prematuro asegurar que Berlusconi se va definitivamente, pero a Italia no le vendría mal. No solo para regenerar una situación política que apesta, en la que Silvio Berlusconi nadaba a sus anchas, con sus bravuconadas, su nepotismo e incluso su proxenetismo de altura, sino para recuperar la confianza internacional en su economía. Italia está estos días al borde del rescate, con la prima de riesgo disparada, y dudas muy serias sobre su capacidad para controlar la deuda.
La salida de Berlusconi no solucionará las cosas del todo. Los mercados están ávidos de sangre y es dudoso que dejen la presa en las próximas semanas. Si logran meter a Italia en el saco de Grecia, Irlanda y Portugal está por ver. Lo que debería preocuparnos desde ya es a por quien irán después: ¿España o Francia?.
Etiquetas: Berlusconi, FRANCIA, Italia, MONTI
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