SHALOM, ISRAEL
No le va a salir gratis al gobierno de Netanyahu esta nueva atrocidad, cometida esta vez en aguas internacionales, contra una flotilla llena de civiles y con ayuda humanitaria para Gaza, a pesar de sus alegaciones de que a bordo había armas y que sus soldados fueron agredidos. No nos confundamos. Los agresores fueron los soldados israelies, bajo órdenes concretas del gobierno de Tel Aviv. Interceptar barcos en aguas internacionales es pirateria, por no decir un acto criminal y de guerra. Pero además matar civiles indefensos y herir a varias decenas más no tiene justificación alguna.
Ya veremos como evoluciona la situación en las próximas horas, después de las protestas de los gobiernos afectados, con convocatoria de embajadores y llamadas a consultas, pero esta claro que una vez más a Netanyahu, que presume de halcón moderado, se le ha ido la mano y tendrá muy difícil convencer a sus aliados de siempre que la actuación estaba justificada.
Nada está justificado en toda esta historia. Para empezar no lo está el bloqueo por tierra, mar y aires al que Israel somete a Gaza. Y más cuando se retiró militarmente de ese territorio y lo dejó en un limbo jurídico muy peligroso, en el que ni sus habitantes pueden elegir su destino, ni hay una tercera potencia que asuma su supervisión. Es una de esas aberraciones que sólo se consienten a Israel, porque así se lo permite Washington. Esta por ver que dice ahora Obama, cómo interpreta la actitud del gobierno israelí que sigue apostando por la guerra preventiva, cuando el presidente de Estados Unidos ha dado por enterrada esa política.Israel alega, para mantener el bloqueo y aterrorizar de cuando en cuando a la población palestina de Gaza, que lo único que hace es impedir la entrada de armas a ese territorio para evitar ataque contra sus ciudadanos. Una lectura inocente de semejante argumento lo podría hacer creíble. Pero la historia reciente, los desmanes frecuentes de las tropas israelies, la política de dos ojos por uno que sigue el gobierno de Tel Aviv, lo desmienten. Y el argumento se viene por completo abajo cuando estamos ante una flotilla de civíles con un gran cargamento humanitario para aliviar la terrible situación de penuria de los palestinos.
No vamos a ser tan crédulos para creer que los objetivos de la flotilla eran puramente inocentes. Ha sido, sin duda, el acto más valientes, de decenas de organizaciones humanitarias, para llamar la atención sobre la situación insostenible en la que viven cientos de miles de personas en Gaza. Que Hamás y otros grupos palestinos se aprovechan de la coyuntura, no cabe duda. Pero, y el pero es importante, eso no resta un ápice de realidad a la dramática situación en la franja, y la desmesura israeli en la respuesta tiene mucho que ver con su nerviosismo a que el tema vuelva al primer plano de la actualidad internacional.
No vamos a ser tan crédulos para creer que los objetivos de la flotilla eran puramente inocentes. Ha sido, sin duda, el acto más valientes, de decenas de organizaciones humanitarias, para llamar la atención sobre la situación insostenible en la que viven cientos de miles de personas en Gaza. Que Hamás y otros grupos palestinos se aprovechan de la coyuntura, no cabe duda. Pero, y el pero es importante, eso no resta un ápice de realidad a la dramática situación en la franja, y la desmesura israeli en la respuesta tiene mucho que ver con su nerviosismo a que el tema vuelva al primer plano de la actualidad internacional.
Pero además la ceguera israelí en la defensa de sus intereses a corto plazo, lo único que explicaría semejante desmán criminal, le hace perder a unos de sus interlocutores más importantes en la zona, Turquía. Con el gobierno de Ankara, Israel ha venido manteniendo contactos muy estrechos y unas sustanciosas relaciones comerciales. Además Turquía está jugando un papel muy importante en el desbloqueo de la situación nuclear de Irán, auténtica obsesión para Tel Aviv. Que el gobierno de Netanyahu se haya arriesgado a perder a un interlocutor tan vital para sus intereses puede que se deba a que no le gusta precisamente la salida que patrocinan Turquía y Brasil para el caso iraní, o que la obsesión por la seguridad interna les lleve a la estupidez de creer que pueden con todo ellos solitos. La soberbia es mala, la arrogancia peor. Y parece que estos días están demasiado arraigadas entre los gobernantes israelies.
Una pena.
Etiquetas: Flotilla, GAZA, Irán, ISRAEL, PALESTINOS, Turkía, Turquía
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