A PROPÓSITO DE DIOS

En las últimas semanas estamos asistiendo en España a una polémica ya conocida por otros lares, Londres mismamente, que va bastante más allá del objeto en cuestión: los anuncios en los autobuses a favor unos de la existencia de Dios y cuestionándosela otros.
Para empezar hay una diferencia de matiz importante en la forma de decirlo. Mientras unos apuestan por el categórico "Dios existe"otros lo dejan en una posibilidad "Probablemente Dios no existe" que se califica por si sola. A mí, francamente, me parece más respetuosa esta segunda fórmula que la primera.
Pero más allá de entrar en problemas teológicos y debates que, la historia lo ha demostrado, son más bien estériles e incluso peligrosos, si que creo que se impone una reflexión sobre modos y formas.

Mientras los promotores de la campaña que plantea la posibilidad de que Dios no existe se limitan a realizarla sin más y justificando su derecho a expresarse, desde las distintas iglesias se ha salido en tromba, distorsionando bastante el lema anterior e imponiento el suyo, subrayado además.Pero más allá de esta guerra de carteles, de acusaciones de blasfemia y de descalificaciones que dicen muy poco del amor cristiano y todas esas cosas, lo que me llama la atención es la desfachatez del señor Rouco, cardenal primado de las Españas y, por tanto, investido al parecer de todos los poderes para dar todo tipo de opiniones que no quiere permitir a los demás. Este domingo monseñor se ha despachado a gusto y, entre otras lindezas, dice que la campaña de los no creyentes atenta contra la libertad religiosa. Vamos a ver, buen hombre, ¿qué entiende usted por libertad, que usted pueda decir lo que quiera y los demás no?. ¿Por qué es libertad decir que Dios existe y atenta contra la misma decir que probablemente no existe?.¿Qué vara de medir utiliza usted?. Me temo que si hay alguien respetuoso ese es generalmente el ateo, o el agnóstico, o el que simplemente ni se plantea el tema. Son habitualmente ellos los que tienen que aguantar sus sermones, sus imposiciones a la sociedad y al estado y su vocerio. El problema, señor Rouco, desde el respeto, es que los tiempos de las Cruzadas y la Inquisición ya pasaron ¿o no?. ¿Nostalgia, eh?. Nadie les priva a ustedes de colocar sus cruces, sus procesiones, sus sermones, sus manifestaciones de todo tipo para lucir su amor por Dios, su confesionalidad, sus exigencias (algunas absolutamente desmesuradas), sus colegios, sus privilegios, sus exenciones fiscales.....Hombre, no se me ofenda porque unos cuantos deciden proclamar lo que piensan y de forma tan poco ofensiva. No les diré que tengan un poco más de talante, porque la palabra seguro que les pone de los nervios, pero un poquito más de cintura quizá, ¿no?.

Salud