CUESTA DE ENERO

Está jodido. No hace falta que nos lo ilustren con muchos detalles. Basta con echar un vistazo alrededor y darse cuenta de que las cosas van mal y a peor. De lo que está pasando en realidad nadie parece tener una idea exacta, pero atando cabos la conclusión es más clara que el agua. Hoy la Comisión Europea ha echado cuentas y resulta que las cosas van a ser peores de lo que pensábamos ¡el viernes!. En el caso concreto de España las previsiones son demoledoras. Y no es que haya que darles más fiabilidad que a las que el viernes presentó el vicepresidente Solbes, porque todos se han equivocado hasta ahora y, lo peor, es que se quedaron cortos. Así que según las últimas proyecciones la economía española se nos va al garete este año, con una caida de por lo menos un dos por ciento, un desempleo imparable (ya veremos si los cuatro millones a final de año serán el techo o no), los bancos nos conceden un crédito ni de coña y, pasadas las efervescencias navideñas, ahora llega la hora de la verdad para el comercio, sobre todo el minorista, y la pequeña empresa: agencias de viajes, las inmobiliarias que queden, tiendas de todo tipo....No queremos ser pesimistas, pero el panorama no puede ser más desolador.
Por eso me irrita escuchar esta mañana al presidente Zapatero con sus euforias, sus invitaciones a consumir con normalidad, y su regañina a los bancos por no prestar pasta al personal. Señor ZP, con sus planes de empleo público poco puede hacer frente al maremoto que se nos viene encima. Me irrita también don Mariano, ya sabéis, el lider del PP y creo que de la oposición, que intentando quitarse los moscones internos, repite como una cantinela aquello de que ZP nos engaña y nos engaña y nos engaña. Hombre, que parece que se ha encasquillado. Para quejarnos ya estamos los ciudadanos, ¿por qué no aporta alguna idea y propuestas creibles para intentar que nos mantengamos a flote?.
Pintan bastos y, lo recomendable, diga lo que diga ZP, es cortarse. Gastar con contención porque, por ahora, las alegrías las menos, que no se sabe lo que nos espera mañana. y Todo por la falta de transparencia, porque a los ciudadanos se nos sigue tratando como a niños, a los que parece que lo mejor es ocultarles las cosas graves. Y así nos va.
Salud.