PIGS
En este idílico paraje suizo se reunen cada año unas decenas de privilegiados de todo el mundo para hablar y hablar, sobre todo de economía. Desde su punto de vista, de privilegiados, alertan al mundo de lo que va mal, ponen a parir a quien no les cae bien y dan recetas que en general apestan a neocon. Y es ahí donde se escuchan a veces declaraciones ofensivas sin que nadie les salga al paso. Desde hace algún tiempo, y con origen en determinados medios de comunicación británicos y grupos de análisis, se ha acuñado un término, PIGS, que en principio es el acrónimo de cuatro país de la Unión Europea, por supuesto en inglés, y que corresponden a Portugal, Italia, Grecia y España. Son, dicen, los farolillos de la Unión, el lastre que tienen que arrastrar los grandes y, en tiempos de crísis, algo de lo que sería bueno deshacerse.
Charles Grant, que es un hijo de la Gran Bretaña, y miembro de un conocido think tank o grupo que vive de analizar y analizar la Unión Europea, aunque ellos estén medio fuera, ha recurrido una vez más, y esta vez en Davos, al conocido acrónimo que, recordémoslo, significa también cerdos o guarros o como usted quiera. Y todo para decir que nuestras economías no sólo están hechas una pena, que son inconsistentes y que a medio plazo solo traerán perjuicios para los demás. Sugiere el tal Grant que los suyo sería que los PIGS abandonaran el Euro porque es injusto que Alemania, que tanto gana en otras ocasiones, sea el pagano de tanta desídia. Bueno y esto lo dice un analista de un país que sufre como pocos los latigazos de la actual crísis financiera, que tiene bancos quebrados a patadas y que viendo como ven caer la libra, hasta situarse al par con el Euro, ahora quieren entrar en la moneda única (¿será para que les salvemos los muebles?).
En fín, estamos en lo de siempre. El desprecio, la supuesta superioridad, y todo desde un imperio que hace mucho ha dejado de serlo y que no se resigna a admitir su propia realidad. El problema es que allíe, en Davos, hay financieros internacionales, de los que pueden hacer tambalearse a un país, que pagan por escuchar a semejantes cantamañanas.
A falta de otra cosa, salud.
Charles Grant, que es un hijo de la Gran Bretaña, y miembro de un conocido think tank o grupo que vive de analizar y analizar la Unión Europea, aunque ellos estén medio fuera, ha recurrido una vez más, y esta vez en Davos, al conocido acrónimo que, recordémoslo, significa también cerdos o guarros o como usted quiera. Y todo para decir que nuestras economías no sólo están hechas una pena, que son inconsistentes y que a medio plazo solo traerán perjuicios para los demás. Sugiere el tal Grant que los suyo sería que los PIGS abandonaran el Euro porque es injusto que Alemania, que tanto gana en otras ocasiones, sea el pagano de tanta desídia. Bueno y esto lo dice un analista de un país que sufre como pocos los latigazos de la actual crísis financiera, que tiene bancos quebrados a patadas y que viendo como ven caer la libra, hasta situarse al par con el Euro, ahora quieren entrar en la moneda única (¿será para que les salvemos los muebles?).
En fín, estamos en lo de siempre. El desprecio, la supuesta superioridad, y todo desde un imperio que hace mucho ha dejado de serlo y que no se resigna a admitir su propia realidad. El problema es que allíe, en Davos, hay financieros internacionales, de los que pueden hacer tambalearse a un país, que pagan por escuchar a semejantes cantamañanas.
A falta de otra cosa, salud.
Etiquetas: Charles Grant, crísis financiera, Davos, Pigs
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