EUROPEOS DE BOQUILLA
Circulan por ahí los resultados de una amplia encuesta realizada en catorce países del Viejo Continente, doce de ellos de la Unión Europea, que muestran un dato preocupante. No llega a un sesenta por ciento el porcentaje de europeos que se sienten orgullosos de serlo y la mayoría antepone su nacionalidad de origen o incluso su ciudad, pueblo o comarca de región a la ciudadanía europea. La mayoría además se siente ajena al proceso de construcción europea, vamos que no se nos deja participar y decidir como se debiera, que se están haciendo desde arriba y, parece ser, para los de arriba.
La buena noticia es que hay un conjunto de valores, relacionados con las libertades, la democracia, derechos básicos de salud y educación, que suponen el auténtico nexo de unión entre los europeos. La mala que, al paso que vamos, y con los ejemplos que nos dan todos los días, lo de la unión política es una quimera, un imposible.
Y es que es lamentable el espectáculo que se está dando a la hora de salir al rescate de uno de los socios, Grecia, en momentos muy duros para su economía. Esos momentos que debían demostrar la necesidad de más Europa, son en realidad muestra de los egoísmos nacionales y en especial en el caso de los grandes países como Alemania. Está claro que en las duras cada uno va a lo suyo, y eso, lógicamente, lo único que produce es desapego.
Europa se construye desde arriba, para los de arriba, y cada vez más de espaldas a los ciudadanos. Así que, por esa vía, será difícil mantener el espíritu europeista y sobre todo la conciencia y el orgullo de los ciudadanos de pertenecer a un espacio de libertad que está siendo mangoneado por unos pocos. Una pena.
Etiquetas: Alemania, Bélgica, ciudadanos europeos, Grecia, Unión Europea
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