ACOSO DE LAS ONG

Da corte hablar de ello, porque se supone que las ONG son lo más, son ese aldabonazo a nuestras conciencias ante tantas cosas que están mal en el mundo, son esas vías aparentemente imprescindibles para hacer llegar ayuda y consuelo a sitios ignorados por los distintos gobiernos, son la forma de que nos enteremos de ciertas verdades ninguneadas por los distintos poderes, cuando no ocultadas deliberadamente, vamos que son...¡la leche!.

Dicho esto, y para no perder mi condición de penitente impertinente, voy a quejarme. Y lo hago de esa agresiva campaña que desde hace meses llevan a cabo en las calles más céntricas, al menos de Madrid. Cuando no es Greenpeace es Acción contra el Hambre, Acción Solidaria, Asociación contra la leucemia.... En fin, casi todas han lanzado a sus simpáticos chicos y chicas a las calles, con sus atractivos chalecos reflectantes y sus carpetitas, a la caza del socio. A mi es que esto, que tanto tiempo han praticado, aunque en otras versiones, Caritas o Cruz Roja, me corta bastante. Porque uno no sabe que decirles. Cuando te acometen, si no les haces caso quedas como un borde. Si les explicas que ya colaboras con otra, te ponen esa cara de "si ya otro que escurre el bulto" e insisten en que la suya hace no se cuantas cosa y que total por unos poquitos euros hay que ver el bien que se puede hacer...Y hay quien te suelta lo primero que se le ocurre, como lo que me dijo una chica "bueno, me aguantaré yo solita con mi leucemia". Ganas me dieron de volverme y decirle cuatro cosas, pero ya ves, con esto de que es una ONG, y por tanto una organización para el bien, uno no se atreve a poner las cosas en su sitio.

A mi esa campaña agresiva me echa para atrás. Vale que necesitan dinero. Sin duda. Pero hay otras formas de llamar la atención sobre su acción solidaria que no pasan necesariamente por el acoso. Bastaría que esos mismos chicos y chicas se quedarán detrás de un pequeño puesto en la calle, ofreciendo información a quien quiera acercarse. Hay que respetar la libertad del ciudadano a moverse sin problemas por la calle. Si alguien quiere colaborar, seguro que lo hará.

Y es que en nuestras calle, además de los de las ONG te ves abordado por todo tipo de ofertas y peticiones. Desde los que te compran oro, te ofrecen vales descuentos para el burger, o proclaman las ofertas de la telefonía móvil, a los que directamente te piden dinero, unos para comer, otros para la fonda, y otros para vino y cervezas.

En fin, que lo de pasear, lo de caminar tranquilamente por la calle, sin verte agobiado por la cantidad de problemas que tiene nuestra sociedad, parece un imposible. Pero es cierto que algunas de esas campañas de propaganda se pasan: porque si ya resulta difícil decirle que no a quien se gana la vida repartiendo propaganda o pidiendo limosna para sobrevivir, también lo es cuando te pintan y enseñan las desgracias del mundo o las catastrofes que provocamos por el mundo. A fuer de parecer insolidario me temo que seguiré diciendo no. Hay otros métodos y otras formas. Y nuestros bolsillos también están tocados.

Salud