LAS CHORRADAS DE EVO

El ultranacionalismo, el indigenismo, y otros ismos suelen provocar graves estados de estupidez. Más llamativa si además esa "cualidad" adorna a uno de los "modernos" líderes políticos mundiales. Me refiero a Evo Morales, presidente de Bolivia, y conocido sobre todo por sus salidas de tono. La última la ha protagonizado ante la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, vaya con el nombrecito. El hombre estaba en su salsa y se puso a pontificar sobre los males de la comida transgénica responsable, dijo, de las desviaciones de los hombres hacia la homosexualidad y de la calvicie en Europa.

Si, tal cual. Y se ha quedado tan ancho. Además presumió de pelo, arremetió contra los pollos cargados de hormonas femeninas y ya lanzado, y en pleno desvarío, contra las patatas holandesas y la Coca-Cola.

Hay declaraciones que se califican por sí mismas y no tendrían mayor importancia si no las dijera un jefe de estado supuestamente progresista. En realidad estamos ante un cavernícola, profundamente homófobo, que presume de su ignorancia no ya científica sino de cultura básica, y todo para defender la causa indígena y el apego a sus tradiciones. Defensas así hacen un flaco favor. Y mejor haría el pobre hombre pidiendo disculpas ya por semejantes disparates. Pero seguramente su soberbia se lo impedirá.

¡Qué penita!.

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