POR LA MEMORIA

Yo también estuve en el acto de apoyo a Garzón. En la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Físicamente. Y no porque perteneciera a UGT, CCOO u otras fuerzas de izquierda allí representadas. Sino porque es insoportable la vergüenza que cae sobre todos nosotros con esa farsa montada en el Tribunal Supremo. No fue Garzón un juez que me cayera especialmente simpático. Me disgusta su afán de protagonismo. Pero no es hora de juzgar actitudes, sino de cerrar filas ante la embestida de los ultras. Y sobre todo de mantener viva la memoria. El recuerdo de una dictadura cuyos lodos todavía nos encontramos a diario. La memoria de unas víctimas que nunca merecieron un destino tan terrible y mucho menos el olvido. La necesidad de preservar una democracia que no puede basarse en acuerdos de impunidad, sino de restauración de la justicia.

No es justo lo que están haciendo con el juez Garzón. No lo es y lo saben. Luego prevarican.

Ha sido emocionante el acto de esta mañana. Más allá de alguna salida de tono mitinera, prevaleció la idea general de mantenerse firmes ante una campaña desgraciada que nos degrada a todos cada día y arruina la imagen de España en el mundo. Es lamentable el silencio de algunos. Es emocionante la presencia de otros, como las abuelas de la Plaza de Mayo, de representantes de las asociaciones de la Memoria, del entrañable Pasqual Maragall.

Faltaban los jóvenes. Es curioso que en esa Universidad, donde hay decenas de miles de estudiantes que son capaces de movilizarse a velocidad punta para un botellón, no hubiera un hueco para acercarse a ese salón de actos de Medicina, a pesar de todo abarrotado. Esa aparente indiferencia es la que debe hacernos reflexionar para que la Memoria no se pierda. En este país se cometieron atropellos, atrocidades, posiblemente genocidio. Y eso no hay ley de amnistía que lo ampare. Al menos no debería.

Las emociones de hoy tapan las necedades escuchadas esta mañana. Como las de la número dos del partido Popular, María Dolores de Cospedal, dando lecciones de democracia. Acusando a organizadores y participantes en el acto de antidemócratas. Pero ¿cómo se atreve?. Ella, la demócrata de toda la vida, la protectora de corruptos, la mentirosa compulsiva, la calumniadora...

En fin. Solidaridad y pleno apoyo a Garzón.

Salud