UN RUIDOSO SILENCIO

Quince días de su triunfo electoral, y el triunfador desaparecido, y con la que está cayendo. Mariano Rajoy se ha encerrado en su despacho y apenas ha hecho dos salidas a su Galicia natal para recibir los parabienes de sus paisanos y poco más, salvo unas pocas frases públicas repitiendo lo que ya le hemos oído hasta la saciedad: aquella cantinela de que no se puede gastar lo que no se tiene, que hay que aplicar el sentido común.... Es a través de sus más próximos que nos enteramos que se pasa el día trabajando (sic) en su despacho y poco más. Así que tenemos que adivinar por lo que hace su entorno, por donde irán las cosas una vez que tome posesión como primer ministro y ya no se pueda escaquear.

Porque lo que practica don Mariano es, no se le puede llamar de otra manera, puro escaqueo. Parece asustado por el triunfo y como paralizado esperando a que las cosas se vayan resolviendo solas. Pero no tendrá esa opción, y tendrá que gobernar. Y lo suyo, tal y como están las cosas, sería que adelantara algo de lo que va a hacer y, sobre todo, que desvelara de una vez cual va a ser su equipo económico y sus primeras medidas, más que nada por calmar a los llamados mercados.

Pero si no lo hace por los mercados, para que pretender que lo haga por los ciudadanos.Menos mal que algunos de sus adlateres nos van dando pistas. Véase sino a la secretaria general del partido, la señora Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha, quien impertérrita ha anunciado más recortes, por no decir atropellos, que afectan, otra vez, a los funcionarios, a la sanidad y a la educación públicas. Parece que a la señora Cospedal lo público le da urticaria y me temo que los ciudadanos también. Había que verla en esa comparecencia pública con esa cara de dureza tan distinta de la faz llorosa de la ministra de trabajo italiana, Elsa Fornero, que no pudo contener las lágrimas al anunciar los recortes en las pensiones. No se le pide tanto a Maria Dolores de Cospedal, pero un poco más de cercanía no le vendría mal.

Pues eso, que ante el estruendoso silencio del jefe, y visto lo que hacen sus barones, para echarse a temblar estamos. Menudas Navidades nos van a dar. Y, también preocupante, que hasta ahora, quizá lo remedie mañana en la cumbre pepera europea, Rajoy solo se ha visto con figuras de segunda fila de la política internacional. Asi va a ser difícil que haga valer por esa Europa hoy agrietada a España como país con el que tienen que contar. Me temo que si pintábamos poco, vamos a pintar mucho menos.

Salud