LENGUAS INVISIBLES...OFICIALMENTE

Que las lenguas existen, estén reconocidas o no oficialmente, es un hecho innegable. (Aquí vendría muy bien aquello de no se le pueden poner puertas al campo compuertas al mar). Lo que llama la atención es el empecinamiento de esos oficialitos en hacer todo lo posible para que esas lenguas alcancen el reconocimiento debido. Hoy hablo de la lengua asturiana, de los bables, de la llingua, que a pesar de todo lo que le ha caído encima, sobrevive. Lo hace muy magullada y mezclada con el castellano en la mayoría de los casos. Normalizada, por el tesón de unos pocos. Y en literatura y otros medios, gracias a otro puñado. Pues bien, más de treinta años llevan ya las movilizaciones para su reconocimiento oficial, y los políticos, nuestros políticos asturianos, los del PSOE y el PP, haciéndose los longuis y mirando para otro lado. Y es que estos son de raza aparte, pijinos, de los que están convencidos  de que lo propio es hablar "fino" o sea castellano, y que lo "otro" es de aldeanos y radicales. Bueno pues henos aquí. La campaña por la oficialidad se mantiene, con el mismo ímpetu que siempre. Este año con el "Doy la cara pola oficialidá" que ha llenado de fotos los medios de comunicación. Y con el habitual conciertu, del que ha salido, entre otros, este video.

 Pero más allá de este conciertu y de la manifestación y de la campaña, lo que sigue sorprendiendo es la tenacidad de los políticos en no echar una mano, salvo en la cosa folklórica. Es verdad que se ha avanzado mucho desde los primeros años. Ahora el Principado , la Junto, algunos de sus diputados, durante la Selmana de les Lletres, como la que ahora termina, incluso leen en sede algunos textos en la llingua. El Principado además subvenciona la publicación de algunos libros, pero de ahí a reconocerla dejan mucho trecho. Y la pena es que el tiempo pasa, se está negociando el nuevo estatuto y ni se les pasa por la cabeza establecerla como cooficial. 

Después de las experiencias en otras comunidades está claro que ha habido y hay excesos, pero casa caso es único. Y aquí debería prevalecer la voluntad de conservación de una llingua , casi perdida, pero que es nuestra y buscar una normalización razonable. Las instituciones pasan, probablemente porque sus cabecillas la quieren olvidar, demasiado paleta para sus ambiciones, o simplemente porque ya no recuerdan como hablaban cuando eran guajes, o, peor todavía, porque les importa un comino que los que sí la hablan tengan el derecho a expresarse y a ser atendidos en ella. Se están perdiendo grandes ocasiones y oportunidades. Por ejemplo el empleo de la rtpa para su normalización. Frente a ese ninguneo hay esfuerzos heróicos de personas anónimas, conceyos, artistas, literatos, políticos de calle y profesionales, que no se rinden. Como ejemplo, la normalización mediante el humor que de forma tan inteligente realizan en el programa Terapia de Grupo de la Tpa. Sus versiones originales son de lo más divertido e instructivo. Véase el caso

En fin, alguien debería darles un toquecito a esos políticos de mira corta, ya saben, los que mandan en Madrid, para que les digan que de cuando en cuando conviene hacerles caso a los ciudadanos. Que no pasa nada y que en una inmersión de días podrán recobrar parte de su legado hablado, del que si se pusieran seguro que presumirían desde la tribuna de la Xunta. Es importante, pero me temo que no harán ni caso. Hasta la siguiente.

Salud