BAD DAY

Estaba escuchando "Bad day" de R.E.M., sobre todo aquello de " Broadcast me a joyful noise unto the times, lord,
Count your blessings.
We're sick of being jerked around
We all fall down"
cuando como que no quiere la cosa se me vino a la cabeza la imagen de Cospedal, Maria Dolores, la número dos del PP. ¡Qué extraña asociación de ideas!. Probablemente, ahora que recuerdo, es que es la última imagen de dirigente pepero que he visto en las últimas horas, dentro de ese ruido atronador con que nos vienen machacando estos días, en el todo vale para tapar la mierda. Cospedal, como los demás, sigue repartiendo ostias a troche y moche, sobre todo a los del psoe, a los que ven en el centro de la "gran conspiración", y también al resto que no este de acuerdo con lo que ellos dicen.

Se desgañita especialmente mi querida Esperanza Aguirre, que se le están agotando los calificativos que ponerle a su palabra favorita "escándalo", que aplica tanto al sumario de Garzón sobre esa trama tan próxima a ella, como al hecho de que el juez se fuera a una montería en la que también estaba el ministro de Justicia ( ¡qué sentido de la oportunidad tiene este hombre!)- Todo ello les ha servido para montar una cacería del juez que ya veremos donde acaba y cuyo fín último es desbaratar la investigación sobre corrupciones varias y ver de paso si pueden darle carpetazo.
A todo esto el entrañable Rajoy, don Mariano, de lo más aplicado es esquivar su responsabilidad, intentando mirar para otro lado, a ver si cuela y pasa el chaparrón. Flaco favor se hace porque tiene ahora unas cartas estupendas para dejar fuera de juego a dos de sus rivales más peligrosos, Aguirre y el valenciano Camps. Pero el hombre o no se atreve, por aquello de que anda flojillo de temple, o tiene algo que ocultar.
Pero, fijate Mariano, resulta que el enemigo lo tienes dentro y lo que esperamos, muchos, es que límpiesa a fondo la casa, porque no tenemos la memoria tan frágil. Y es que resulta muy raro aquello de santificar al juez Garzón cuando se convirtió en látigo de Felipe González y cía, y llemarle ahora numerero porque empieza a tirar de la manta un poquito en la mierda que esconde el PP.
En todo caso, qué bien nos vendría un poco de silencio.

Salud