Con permiso...es el agua
A propósito de la polémica sobre el agua, que vuelve con fuerza estos días, quizá convenga tener en cuenta algunas cosas básicas antes de ponerse a despotricar. Lo digo porque otra vez suenan tambores de guerra y han pasado ¡sólo unas semanas desde las elecciones!. Bueno, en realidad basta con echar un vistazo al mapa, al mapamundi y al de España, para darnos cuenta de en qué situación estamos. Agua, salada, la que queramos. ¡Estamos rodeados!. Pero de la dulce, de la de beber, ducharnos, regar, etc...muy muy poca y, por lo que dicen, cada vez menos. Esto no es algo nuevo. Es una vieja preocupación a la que se intentó poner remedio ya con la segunda República, luego con los pantanos del Franquismo y luego...bueno, luego parece que se acabaron las ideas o nadie se atreve a proponerlas en serio.
Porque a lo que venimos asistiendo aquí, estos últimos años, es a una politización , en el peor sentido de la palabra, de ese bien escaso. Que si trasvase sí, que si trasvase no, que qué pasa con los habitantes de la zona del agua trasvasada, que si todo lo que llegue será poco, que si las desalinizadoras bastarán, que no que son un grave revés ecológico.....
Conciliar intereses no es fácil. Hace falta diálogo, y en este viejo país de eso sí que andamos realmente escasos. Y ahora resulta que Barcelona y su área metropolitana andan muy mal de agua y podrían verse abocadas a restricciones en sólo unos meses. Y va el gobierno de Zapatero y aprueba, a escondidas, y vergonzante como siempre, un trasvase que quiere llamar de otra forma. Y van los peperos, otra vez por sus fueros, y preparan la de San Quintin porque se dicen agraviados y humillados en Valencia y Murcia.
Bueno. La cosa está así y tiene difícil solución. Agua hay poca. Cada vez menos, porque apenas nieva y la lluvia está cada vez más rácana. Hay un problema inminente en Barcelona que hay que resolver. Y es una pena ver tanta agua perderse en el mar , protegida por unos cuantos arroceros en pie de guerra para preservar sus campos en el delta del Ebro.
Lo que me llama la atención es la paralización, por no decir cobardía (es que tiene una connotación que no acaba de gustarme) del gobierno. Se dedica a marear la perdiz y luego usa parches que parecen obedecer más a intereses electorales que al bien común. O al menos eso se desprende de su silencio, de sus tejemanejes privados, de acuerdos bajo manga...Y si no es así, lo explican fatal. Su política de comunicación sigue siendo un desastre...porque llevar agua a Barcelona, que la necesita y ya, no es tan difícil de explicar.
Otra cosa son los desvarios de los peperos de Valencia y Murcia. Que necesitan agua, cierto. Que llevan mucho tiempo pidiendo soluciones, cierto. Pero también lo es que llevan muchos años recibiendo agua de Castilla-La Mancha ( que por cierto no anda muy sobrada). También es cierto que la derrochan en campos de golf, urbanismo salvaje y agricultura inapropiada (al menos en lo que se refiere al consumo de agua) y que no ven límites a sus demandas. Señores, no hay agua. Y esa es la premisa de la que hay que partir y sobre la que debería girar toda la política de desarrollo agrícola, urbano e industrial de esas dos comunidades. Ya sé que ni caso. Lo saben, pero no les importa. Prefieren el beneficio a corto plazo. Y sobre todo quieren montársela a Zapatero.Están envalentonados otra vez, a pesar de la derrota electoral. El triunfo del charlatán, misógino, homófobo y presunto criminal Berlusconi en Italia les ha dado oxígeno, o al menos ilusión. Y ahí están, dispuestos a desempolvar banderas, echarse a la calle y desgastar al gobierno, que de eso se trata. Pero el agua seguirá sin llegar.....
Se impone de una vez que alguien se pare a pensar, a planificar, a buscar consensos, a desmontar coartadas localistas, a repartir ,como debe hecerse con ese bien imprescindible para todos. Pero seguramente eso será algo utópico en este país en el que tanto nos gusta la querella, el vocinglerío y la descalificación, que lo único que logra es la parálisis del g0bierno. Así nos va y así nos irá...aunque el espejismo de hoy (está lloviendo a cántaros) nos haga olvidar otra vez lo importante.
(Por cierto Aguirre, doña Esperanza, un día de estos volveré a meterme contigo. Y es que es una hijoputada tu última decisión de poner en marcha ambulatorios privatizados. Deberías acudir a los públicos para ver el deterioro que sufre de semana en semana, gracias a tu particular política liberal (se sonrojarían los liberales, pobrecitos). Lo dicho, un día de estos.
Salud
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