La continuidad del fracaso

Se queda. Por una vez no le ha hecho caso a sus "amigos" mediáticos, que tanto le azuzaron y teledirigieron en los últimos años y que ahora le animaban, cuando no le urgían, a inmolarse tras la derrota. Así es Mariano. Se ha tomado un par de días para digerir la derrota y se ha presentado ante los suyos para decirles que sigue, no se sabe cómo, pero sigue y que habrá congreso. Una decisión que ha pillado a mas de uno-una a contrapaso en su línea hacia el cuadrilátero de la sucesión.
Bien, esas son peleas y decisiones internas y cosas veremos en estos meses de lo más divertidas. Hora habrá de saber si Mariano decide crecer, deshacerse de tutelas y formar un equipo más propio con su carácter que con la marioneta en que se había convertido en estos últimos años.
Quiere paz y pide tiempo en el PP, pero ¿y de cara al resto?. Tal y como lo veo me parece mal que no renuncie. Y no es que quiera alinearme con pedrojotas o jiménez en su campaña de acoso y derribo. Pero en este país se sigue echando muy en falta que cuando alguien fracasa (y este lleva dos) lo suyo es que se comporte, asuma responsabilidades y se vaya a su casa. Pues no. Sigue. Y eso no despeja dudas sobre la viabilidad de un proyecto político que, por lo visto en los últimos cuatro años, ha estado dirigido únicamente a desgastar, torpedear y machacar al gobierno.
No sé si habrá cambio de línea, el tiempo lo dirá. Y habrá que estar atentos a ver el perfil que Rajoy quiere darle a esta su tercera etapa. Arranca mal porque ha querido compararse con Felipe González y José María Aznar y, para bien o para mal, se le ha ido a mano en la comparación: ni tiene su carisma, ni su autoridad entre los suyos. A todo esto ¿qué dirá Aznar?.

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