COPE
Me lo habían comentado pero uno, como Santo Tomás, o lo ve (en este caso lo escucha) o no se lo cree. Me refiero a la COPE. Ya sabéis esa cadena de la Iglesia Católica, que se supone fue creada para difundir la fe y esas cosas y para analizar la vida misma desde la óptica cristiano-romana. Pues bien, me he armado de valor y ha escuchado nada menos a JIMÉNEZ LOSANTOS. Bueno....Indescriptible. Hay que estar realmente muy crispado y odiar mucho, para aguantar las soflamas de ese elemento, con arengas guerracivilistas que son realmente de juzgado de guardia. Esto de la libertad de expresión está muy bien, pero coño este tipo es un incendiario. Y no porque insulte sin remilgo alguno al gobierno, ZP y ministros en general, sino porque arremete contra cualquiera que no esté en su onda y lo hace además con una violencia que sí, tengo que decirlo, provoca violencia. De hecho es que si yo estuviera en el estudio dudo que pudiera aguantarme darle un mamporro.
Pero guardemos las formas, que ya las pierde él y esa caterva de contertulios que no se atreve a llevarle la contraria, no vaya a ser que les arrebaten el dudoso honor de ser tertulianos de ese menda. Y, digo yo, qué sentirá Monseñor Rouco, cuando, tras su misa diaria, desayune con la COPE. Todos esos valores que se supone representa la Iglesia que sostiene dicha cadena, ¿dónde quedan?.. Realmente dán ganas de borrarse de semejante cotarro, que apoya y sostiene al sector más ultra de este país.
Se habla mucho de la deuda de los medios públicos, pero había que ver si no son esos mismos fondos los que, a través de la Iglesia Católica, sirven para insultar la inteligencia del personal y para que se desfoguen unos carroñeros, que me perdonen los buitres, de la peor especie. Porque la nómina de sinvergüenzas no empieza ni acaba con Jiménes Losantos, sino que hay otros ejemplares, como César Vidal, que con su linterna no es que ofrezca un punto de vista distinto, sino uno bien añejo, caudillista, filofascistas y prepotente, que intenta imponer su opinión por encima de cualquier debate serio.
Lo prometo.No volveré a escuchar más la COPE.
Y después de tanto sinsabor, una recomendación. Un libro de Tahar Ben Jelloun, EL ÚLTIMO AMIGO. Es absolutamente recomendable, sobre todo después de una ración COPE, para acercarse a otra forma de ver y hacer vida, a una novela que habla de amistad a prueba del tiempo, desde la óptica de este escritor marroquí muy conocido en la francofonía y muy poco aquí. Una buena forma de acercanos aotra forma de literatura, en una cultura distinta a la nuestra, que nos convence además de que en la variedad y en el multiculturalismo, está el gusto.
Salud
Pero guardemos las formas, que ya las pierde él y esa caterva de contertulios que no se atreve a llevarle la contraria, no vaya a ser que les arrebaten el dudoso honor de ser tertulianos de ese menda. Y, digo yo, qué sentirá Monseñor Rouco, cuando, tras su misa diaria, desayune con la COPE. Todos esos valores que se supone representa la Iglesia que sostiene dicha cadena, ¿dónde quedan?.. Realmente dán ganas de borrarse de semejante cotarro, que apoya y sostiene al sector más ultra de este país.
Se habla mucho de la deuda de los medios públicos, pero había que ver si no son esos mismos fondos los que, a través de la Iglesia Católica, sirven para insultar la inteligencia del personal y para que se desfoguen unos carroñeros, que me perdonen los buitres, de la peor especie. Porque la nómina de sinvergüenzas no empieza ni acaba con Jiménes Losantos, sino que hay otros ejemplares, como César Vidal, que con su linterna no es que ofrezca un punto de vista distinto, sino uno bien añejo, caudillista, filofascistas y prepotente, que intenta imponer su opinión por encima de cualquier debate serio.
Lo prometo.No volveré a escuchar más la COPE.
Y después de tanto sinsabor, una recomendación. Un libro de Tahar Ben Jelloun, EL ÚLTIMO AMIGO. Es absolutamente recomendable, sobre todo después de una ración COPE, para acercarse a otra forma de ver y hacer vida, a una novela que habla de amistad a prueba del tiempo, desde la óptica de este escritor marroquí muy conocido en la francofonía y muy poco aquí. Una buena forma de acercanos aotra forma de literatura, en una cultura distinta a la nuestra, que nos convence además de que en la variedad y en el multiculturalismo, está el gusto.
Salud
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