Google

jueves, octubre 13, 2005

2666

Acabo de terminar este inmenso libro de Roberto Bolaño. Inmenso por los voluminoso. Inmenso por la creatividad. Inmenso por el vocabulario. Inmenso por las historias que cuenta. Es especialmente interesante el detalle con el que cuenta esa tragedia que sacude a México, el de las mujeres asesinadas. Lo hace con mesura, pero con intensidad. De forma detallada y prolija, pero con una cierta frialdad de gacetero que ayuda a comprender la vastedad del drama, que puede quedar reducido a simples número, o que puede desvelar la tragedia de todas y cada una de las víctimas. Una pena que Bolaño no siga con nosotros. Y más ahora, cuando había alcanzado su literatura, la excelencia. A veces, en medio de tanto escritor, novelista, cuentista, ensayista o ista en general, se descubre pura creatividad y puro amor a las palabras. Y todo sin olvidarse del mundo que nos rodea.

Son cosas como estas las que deben cimentar la comunidad ibero-hispano-americana, o como quiera llamársele. Y más en días como estos en que se desempolvan todas las fanfarrias para la cumbre de Salamanca. Himnos, honores, banquetes y miles de palabras huecas, de los oficiantes y de los periodistas, mientras la realidad latinoamericana va por otro lado. Qué les van a contar los señores de Salamanca a las víctimas del último huracán en Guatemala, El Salvador o centroamérica en general. Que esperanza les van a dar a los aspirantes a emigrar en Ecuadro. Qué les van a decir a los argentinos desesperanzados después de tantos años de lucha vana. Con qué pueden animar a unos chilenos que estos días están más pendientes de si se muere Pinocho o aguanta todavía.

Y nosotros, que vamos de anfitriones, que ejercemos de nuevos ricos. Qué vía podemos mostrar, qué camino invitamos a recorrer. Menudo ejemplo de como tratamos a los inmigrantes africanos, de cómo contemporizamos con el tirano marroquí, de cómo les damos la espalda a esos miles de personas que se jugaron la vida, que atravesaron nada menos que el Sahara para mendigar un lugar, aunque sea el peor, entre nosotros.

Da mucha vergüenza. Propia y ajena. Medio país pendientes de la paliza futbolera a San Marino, tras un día de fiestas militares y patrióticas, mientras cientos de personas viajan esposadas, muchas de ellas golpeadas, en maltrechos autobuses por el desiertos, en un macabro juego del ratón y el gato que las autoridades marroquies tanto utilizan cuando quieren despistar a la opinión pública.

Qué cutre todo. !Que corra el champán!...¿O era el cava?

Salud
Patrocinado por: vuelos baratos | directorio de blogs
Sitio certificado por
directorio de enlacesvuelos baratos
directorio de blogs
Directorio de blogs Directory of Personal Blogs Directory of Personal Blogs