VASCOS Y VASCAS, VASCAS Y VASCOS
Me voy a permitir, sin permiso de Arzalluz, recurrir a un género muy de su gusto, esa especie de homilia con la que nos deleitaba cada fin de semana el ya retirado (?) dirigente peneuvista, para recordar una serie de verdades de perogrullo, que en medio del ruido que arman nacionalistas y anti, nadie parece tener en cuenta.
De ahí ese título-acepción, tan apreciada por el lehendakari, para que quede claro a quien va dirigido, aunque también lo va a todos los que no están encuadrados en tal categoría, que somos los mas, y que guardamos un más que paciente silencio.
Y digo esto porque después del sinfín de chorradas oídas durante estas últimas semanas, quizá convenga poner algún punto sobre alguna í, pero sin exagerar. Hay una frase del lehendakari que siempre me pone un pelín frenético, y es esa del "derecho de los vascos y vascas a decidir libremente su futuro". Quizá convenga recordar que ese mensaje, por muy machaconamente que nos llegue, es una falacia de principio a fin. Primero, porque el lehendakari, cuando se refiere a los vascos y vascas, en realidad se refiere sólo a los de su cuerda, es decir nacionalistas y entorno. Y en este caso conviene recordar que, con derecho a voto, estos no llegan ni al millón. Y esa cifra ridícula quiere y pretende imponernos su voluntad al resto de los españoles, casi cuarenta millones. !Hay que ser osados!.
Segundo, porque es verdad que ese derecho reclamado por Juan José con tanta vehemencia y claridad no es discutible en sí. Obviamente nadie pone en duda el derecho de cada cual a decidir sobre su futuro. Pero él sabe y todos sabemos que una cosa es lo que se quiere y otra lo que se puede. Y es que ese pretendido derecho universal topa con otros, sobre todo con ese otro derecho o principio igualmente universal y que nos afecta a todos, que establece que el derecho de uno o unos termina justo donde empieza el derecho del otro o de los demás.
¿De perogrullo, a que sí?. Pues bien lehendakari, te puedes poner todo lo terco que quieras, puedes pasarte por tus bajos fondos las leyes españolas hasta que te hartes, puedes burlar la ley, reinterpretarla, coger la parte que más te gusta, manipular la historia, monopolizar los medios vascos, en definitiva tratar de engañar al electorado. Pero...no tienes razón.
Escudarse tras ese derecho a decidir, no tapa tus verdaderas intenciones y las de tus socios, como el amigo Josu Jon. Engañáis a sabiendas, porque recurría a ese derecho para defender privilegios, para estar un peldaño o más por encima de los demás, para esgrimir una superioridad que no se sabe de donde la sacáis, para tapar vuestra insolidaridad, en fin para, como un niño muy mimado, quererlo todo y no dar nada a cambio.
Y mira que os venimos aguantando afrentas. Pero tu y los tuyos, y los vascos y vascas, y todo el que vaya a votar el domingo, debería saber que se nos puede agotar la paciencia. Y que frente a ese intento de imponer una negociación, no solo podemos decir que no, con toda la razón además, sino que podemos romper la baraja. Y a lo mejor empieza a ser hora de que os vayáis de casa, que voléis solos, que le intenteis vender a otros vuestra burra.
En todo caso, si os queda algo de lucidez, en medio de vuestra marcha suicida hacia no se sabe donde, quizá deberíais pararos un poquito. Revisar objetivos e ideario. Daros cuenta que estamos en el XXI, que los cuentos de los heroes patrios ya hace tiempo que quedaron atrás; que no vuestro no es más que un proyecto etnicista, excluyente, restrógado y profundamente conservador. Estais fuera de la historia, pero seguís perseverando en el error.
Quizá sea, y permitidme la broma, porque etnicamente no habeis evolucionado mucho. Si teneis tiempo, Juan José y Josu Jon, echar un vistazo a alguna de las reproducciones de hombres de neerdental o de los cromañón. Resulta que vuestros rostros tienen un parecido asombroso. No evolucionáis. !!!!Qué pena!!!!!!
Salud
De ahí ese título-acepción, tan apreciada por el lehendakari, para que quede claro a quien va dirigido, aunque también lo va a todos los que no están encuadrados en tal categoría, que somos los mas, y que guardamos un más que paciente silencio.
Y digo esto porque después del sinfín de chorradas oídas durante estas últimas semanas, quizá convenga poner algún punto sobre alguna í, pero sin exagerar. Hay una frase del lehendakari que siempre me pone un pelín frenético, y es esa del "derecho de los vascos y vascas a decidir libremente su futuro". Quizá convenga recordar que ese mensaje, por muy machaconamente que nos llegue, es una falacia de principio a fin. Primero, porque el lehendakari, cuando se refiere a los vascos y vascas, en realidad se refiere sólo a los de su cuerda, es decir nacionalistas y entorno. Y en este caso conviene recordar que, con derecho a voto, estos no llegan ni al millón. Y esa cifra ridícula quiere y pretende imponernos su voluntad al resto de los españoles, casi cuarenta millones. !Hay que ser osados!.
Segundo, porque es verdad que ese derecho reclamado por Juan José con tanta vehemencia y claridad no es discutible en sí. Obviamente nadie pone en duda el derecho de cada cual a decidir sobre su futuro. Pero él sabe y todos sabemos que una cosa es lo que se quiere y otra lo que se puede. Y es que ese pretendido derecho universal topa con otros, sobre todo con ese otro derecho o principio igualmente universal y que nos afecta a todos, que establece que el derecho de uno o unos termina justo donde empieza el derecho del otro o de los demás.
¿De perogrullo, a que sí?. Pues bien lehendakari, te puedes poner todo lo terco que quieras, puedes pasarte por tus bajos fondos las leyes españolas hasta que te hartes, puedes burlar la ley, reinterpretarla, coger la parte que más te gusta, manipular la historia, monopolizar los medios vascos, en definitiva tratar de engañar al electorado. Pero...no tienes razón.
Escudarse tras ese derecho a decidir, no tapa tus verdaderas intenciones y las de tus socios, como el amigo Josu Jon. Engañáis a sabiendas, porque recurría a ese derecho para defender privilegios, para estar un peldaño o más por encima de los demás, para esgrimir una superioridad que no se sabe de donde la sacáis, para tapar vuestra insolidaridad, en fin para, como un niño muy mimado, quererlo todo y no dar nada a cambio.
Y mira que os venimos aguantando afrentas. Pero tu y los tuyos, y los vascos y vascas, y todo el que vaya a votar el domingo, debería saber que se nos puede agotar la paciencia. Y que frente a ese intento de imponer una negociación, no solo podemos decir que no, con toda la razón además, sino que podemos romper la baraja. Y a lo mejor empieza a ser hora de que os vayáis de casa, que voléis solos, que le intenteis vender a otros vuestra burra.
En todo caso, si os queda algo de lucidez, en medio de vuestra marcha suicida hacia no se sabe donde, quizá deberíais pararos un poquito. Revisar objetivos e ideario. Daros cuenta que estamos en el XXI, que los cuentos de los heroes patrios ya hace tiempo que quedaron atrás; que no vuestro no es más que un proyecto etnicista, excluyente, restrógado y profundamente conservador. Estais fuera de la historia, pero seguís perseverando en el error.
Quizá sea, y permitidme la broma, porque etnicamente no habeis evolucionado mucho. Si teneis tiempo, Juan José y Josu Jon, echar un vistazo a alguna de las reproducciones de hombres de neerdental o de los cromañón. Resulta que vuestros rostros tienen un parecido asombroso. No evolucionáis. !!!!Qué pena!!!!!!
Salud
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