PRIMAVERA 2
Han pasado dos semanas desde la última entrega y parece que fue ayer. También es cierto que el ánimo es distinto. Que de aquella euforia de los primeros días primaverales, he pasado a un cierto pesimismo o a lo mejor es simple depre, provocada, vamos a suponer, por eso que llaman la astenia propia de estas fechas.
Pero lo cierto es que los días luminosos los veo ahora como presagio de días de mucho calor y la amenaza de sequía, con la que tanto nos dán la tabarra en los medios, parece más real cada día y eso, todo hay que decirlo, angustia un poco.
Ya no veo las caras tan risueñas. El verde del césped, porque no tengo prados a la vista, ha perdido su gracia y se torna ahora reseco y macilento. Y el panorama alrededor no está para echar las campanas al vuelo.
Escribo esto mientras en el Congreso se escenifica una vez más esa batalla verbal, en la que algunos políticos, otros no pueden, juegan a ser ingeniosos, y que se conoce como el debate sobre el estado de la Nación. Sabeis, hoy no me interesa nada. Y no porque el protagonista de la mañana sea ZP y el de la tarde Rajoy. Es que, la verdad, estoy un poco harto de sus discursos, que son los mismos de los últimos meses. A lo mejor es que me estoy haciendo mayor y cada día tengo menos paciencia para aguantarles.
Y es que nos castigan mucho, y es muy difícil de digerir tanto camorreo. Porque, que me perdonen mis amigos los catalanes, la bronca de la financiación que impulsa el tripartito con la sonrisa indisimulada de CIU es inaguantable, y encima calientan al Ibarra para que diga verdades como puños, que en su boca suenan a obscenidad política y por tanto quedan automáticamente desacreditados.
Todavía sigue muy vivo el ruido de la turbamulta de chavales descerebrados que se lanzaron a la caza del inmigrante en Villaverde, mientras en los corrillos y por lo bajini se dice aquello de que en el fondo, el problema, es que hay demasiados inmigrantes. Qué poca memoria tenemos!!!!!.
Y para rizar el rizo tenemos el culebrón Aguirre-Gallardón, en el que los guionistas parecen estar fumados, porque no es posible tanto desencuentro en personas medianamente normales y con responsabilidad pública.
Pero para descerebrados los obispos, lanzados en plena cruzada contra el gobierno, por osar aprobar la ley de matrimonios gays. Amparados en la prepotencia que les da esa minúsculo estado de mármoles y riqueza, llaman a la desobediencia civíl contra una ley todavía no aprobada e instan incluso al Rey ha hacer el balduino, a abdicar durante unas horas para luego retomar poderes. ¿Y si lo hace y luego no se le devuelven?.
En fin, que visto lo visto, mejor me voy a dar una vuelta, que algo ayudará a despejarse.
Salud
Pero lo cierto es que los días luminosos los veo ahora como presagio de días de mucho calor y la amenaza de sequía, con la que tanto nos dán la tabarra en los medios, parece más real cada día y eso, todo hay que decirlo, angustia un poco.
Ya no veo las caras tan risueñas. El verde del césped, porque no tengo prados a la vista, ha perdido su gracia y se torna ahora reseco y macilento. Y el panorama alrededor no está para echar las campanas al vuelo.
Escribo esto mientras en el Congreso se escenifica una vez más esa batalla verbal, en la que algunos políticos, otros no pueden, juegan a ser ingeniosos, y que se conoce como el debate sobre el estado de la Nación. Sabeis, hoy no me interesa nada. Y no porque el protagonista de la mañana sea ZP y el de la tarde Rajoy. Es que, la verdad, estoy un poco harto de sus discursos, que son los mismos de los últimos meses. A lo mejor es que me estoy haciendo mayor y cada día tengo menos paciencia para aguantarles.
Y es que nos castigan mucho, y es muy difícil de digerir tanto camorreo. Porque, que me perdonen mis amigos los catalanes, la bronca de la financiación que impulsa el tripartito con la sonrisa indisimulada de CIU es inaguantable, y encima calientan al Ibarra para que diga verdades como puños, que en su boca suenan a obscenidad política y por tanto quedan automáticamente desacreditados.
Todavía sigue muy vivo el ruido de la turbamulta de chavales descerebrados que se lanzaron a la caza del inmigrante en Villaverde, mientras en los corrillos y por lo bajini se dice aquello de que en el fondo, el problema, es que hay demasiados inmigrantes. Qué poca memoria tenemos!!!!!.
Y para rizar el rizo tenemos el culebrón Aguirre-Gallardón, en el que los guionistas parecen estar fumados, porque no es posible tanto desencuentro en personas medianamente normales y con responsabilidad pública.
Pero para descerebrados los obispos, lanzados en plena cruzada contra el gobierno, por osar aprobar la ley de matrimonios gays. Amparados en la prepotencia que les da esa minúsculo estado de mármoles y riqueza, llaman a la desobediencia civíl contra una ley todavía no aprobada e instan incluso al Rey ha hacer el balduino, a abdicar durante unas horas para luego retomar poderes. ¿Y si lo hace y luego no se le devuelven?.
En fin, que visto lo visto, mejor me voy a dar una vuelta, que algo ayudará a despejarse.
Salud
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