FRANCIA DICE NO

Estamos en pleno resacazo tras el No francés a la Constitución Europea y !hay que oir la cantidad de sandeces que se pueden decir!. Porque claro, cuando se escuchan algunas de esas opiniones a uno le viene a la cabeza eso de si realmente creen en el democracia o no. Y es que, para algunos, la democracia solo vale si sale lo que ellos quieren. Pero bueno, la realidad es tozuda y, se pongan como se pongan, el No ha sido claro, rotundo, descarado, democrático....No se puede alegar en este caso, como podría decirse de otros, que la participación ha sido baja o que no ha habido debate. Y es que los franceses en esto son muy suyos y si repasamos la hemeroteca está claro que hasta ahora no ha habido ni un sólo país en la Unión donde se haya discutido y debatido tanto el texto de eso que llaman Constitución Europea y a todos los niveles.

Es lo que tenemos. Y más allá de escandalizarnos por las autoenhorabuenas que se dá la ultraderecha y, en nuestro país, su versión postmoderna, la caverna aznarista,, no está demás que nos detengamos un momento, repensemos la situación y nos empecemos a plantear el " ¿y ahora qué?".

Nuestros vecinos los galos nos han dado toda una lección de cómo hay que enfrentarse a algo tan importante y decisivo como es el avance hacia la unidad Europea. No se les puede acusar de euroescépticos, porque no lo son, ni de frívolos, porque tampoco. Es verdad que hay un inmenso voto de castigo contra la prepotencia de Chirac y su gobierno, pero también contra el oficialismo socilista que cierra filas con el sí anteponiendo la razón de estado a la razón democrática..

Allá los francesas con su saldo de cuentas y los reajuestes que tendrán que venir, pero lo bueno para el resto de los europeos es que han embarrancado una propuesta planteada mal desde el principio, hacha a toda prisa, farragosa, compleja, contradictoria, ininteligible y muy poco clara para los ciudadanos de la Unión. Y es que resulta bastante absurdo ponerse a redactar una Constitución, sin querer darle categoría de tal, a base de trozos de tratados anteriores, con carencias muy serias, y sin vocación de regir realmente el destino político de la Unión.

Porque es verdad, aunque duela reconocerlo ,y aunque aquí en España la hayamos aprobado más por cuestión de fe y pragmatismo que por utilidad real, que esa Constitución no iba a servir para nada. No mientras no se sepa de que queramos que vaya realmente la Unión. Mientras no decidamos si queremos una confederación o una federación o un invento parecido. Mientras no nos aclaremos para que leches queremos seguir maneniendo unos estados si ya vamos a tener una Unión con presidente incluido. Mientras no nos decidamos a supremir realmente ese gigantesco aparato burocrático en lo que se ha convertido la Unión y no apostemos por una Unión, Federación, Confederación o lo que sea útil, barata y eficaz para los ciudadanos.

¿Queremos realmente ser parte de una Europa unida?.¿Unida cómo?. ¿Hsta donde llegaría esa Unión?. Son preguntas muy básicas a las que nadie da respuesta y así no se hacen las cosas. No se construye empezando por el tejado. Es imposible. Y la uNión o la construimos entre todos desde abajo, los que queramos, o no saldrá adelante.

Me horroriza escuchar a los que plantean que los francesas tienen que votar una segunda vez, porque esta no nos vale. Así no se avanza. Esa no es la Europa que necesitamos, y yo , si pudiera, hoy retiraría mi sí en el referendum español y lo sumaría al gran No de los francesas. Gracias colegas por sacarnos otra vez de ese atolladero histórico.

Salud