El final....del verano
Ya estamos de regreso. De unas vacaciones que no fueron tales, o por lo menos no fueron las planeadas. Pero, en todo caso, se acaban y hay que volver al curro, y con ello retomar esta actividad virtual. Escribimos no para el eter, sino para la red, donde la posibilidad de que alguien te lea es casi nula. Pero a quién le importa que le lean o no. Ya se sabe que uno escribe para sí mismo, por razones distintas,¿o no?. Qué importa.
El caso es que aquí estamos y, visto lo visto, lo revuelto que está casi todo, y el aburrimiento que tengo de la política, los sucesos y otros dramas propios del verano, me volqué en la literatura, en la lectura, quería decir, y creo que a partir de ahora, salvo razón de fuerza mayor, iré reseñando alguna de esas lecturas, por si acaso a alguno le puede interesar.
Hoy no, porque no tenga ganas, pero en próximas entregas sí. Y es que tengo un poco de prisa, no justificada, todoa hay que decirlo. Estoy esperando a que llueva, porque estoy harto de sol, de calor, de polvo en el sentido literal del término. Y esta tarde, de pronto, han aparecido unos torreones por la parte de la sierra que desgraciadamente no acabarán en nada, pero que al menos nos mantienen unas horas con la esperanza de que por fin llueva.
Yo no sé a los demás, pero a mi esto de que no caiga una gota ya me causa desazón. Y que conste que no es porque haya salido en los periódicos el típico comentario de que la falta de lluvia puede llegar a provocar ansiedad y otros delirios. Es que a mí me jode cuando pasa tanto tiempo sin llover. No es bueno. No es sano. Es una mierda.
Perdón por el arrebato. Me voy a pillar birra y patatas fritas y vigilar, desde la terraza, esos nubarrones, para ver si, por una vez, descargan la esperada.
Salud
El caso es que aquí estamos y, visto lo visto, lo revuelto que está casi todo, y el aburrimiento que tengo de la política, los sucesos y otros dramas propios del verano, me volqué en la literatura, en la lectura, quería decir, y creo que a partir de ahora, salvo razón de fuerza mayor, iré reseñando alguna de esas lecturas, por si acaso a alguno le puede interesar.
Hoy no, porque no tenga ganas, pero en próximas entregas sí. Y es que tengo un poco de prisa, no justificada, todoa hay que decirlo. Estoy esperando a que llueva, porque estoy harto de sol, de calor, de polvo en el sentido literal del término. Y esta tarde, de pronto, han aparecido unos torreones por la parte de la sierra que desgraciadamente no acabarán en nada, pero que al menos nos mantienen unas horas con la esperanza de que por fin llueva.
Yo no sé a los demás, pero a mi esto de que no caiga una gota ya me causa desazón. Y que conste que no es porque haya salido en los periódicos el típico comentario de que la falta de lluvia puede llegar a provocar ansiedad y otros delirios. Es que a mí me jode cuando pasa tanto tiempo sin llover. No es bueno. No es sano. Es una mierda.
Perdón por el arrebato. Me voy a pillar birra y patatas fritas y vigilar, desde la terraza, esos nubarrones, para ver si, por una vez, descargan la esperada.
Salud
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home