EL PELIGRO ALEMÁN
Ayer, charlando con un amigo en la Puerta del Sol, rodeados de indignados, muchos, digan lo que digan, le dimos una vuelta a eso de la crisis económica y lo negro que parece todo. Me comentaba que había leído recientemente varios artículos que planteaban la urgencia de plantar cara a lo que llamaban el nuevo intento de dominación de Europa por parte de Alemania. No se trata de un dominio militar, sino algo mucho más sofisticado y sibilino, la dominación mediante el control económico. Me parece un poco disparatado y muy cogido por los pelos, pero es cierto que hay señales preocupantes de que tras las imposiciones de Berlín al resto de la Unión, ya se sabe eso de ajustes y más ajustes, hay una estrategia que pasa por doblegar a los díscolos y, sobre todo, salvaguardar el buen nivel de vida de los alemanes. Ese dominio pretendería por tanto asegurar la prosperidad de Alemania a costa de los demás socios, con la excusa de una disciplina que a ellos les ha dado resultado. Y ya se sabe, cuando uno es rico y controla los resortes económicos poco o nada pueden decir los demás. La Unión se convertiría así en un núcleo, Alemania, con un montón de satélites alrededor que solo podrían rebajar su nivel de vida y comprar mucho alemán que para eso tienen los cuartos.
No sé si en la cancillería existen esos planes, pero sin duda están abocados al fracaso como sus dos guerras anteriores. La estrella de Merkel parece flaquear, véanse los resultados de las elecciones ayer en Renania del Norte Westfalia, ya veremos si sigue el próximo año gobernando Alemania, y en la Unión empieza a haber todo un movimiento de resistencia a una política de ajustes que no solo no da resultados positivos, sino que empobrece cada día más al resto de los países, sobre todo los del sufrido sur. Hay mucha confianza en el francés Hollande, en que pueda generar alternativas a las recetas de Merkel, y probablemente de ese debate salgan soluciones distintas que devuelven a primer plano una política real de Unión Europea, ahora tan denostada, que salvaguarde los valores de desarrollo y solidaridad con los que creció durante tantos años.
Asi que, por el bien de todos, esperemos que triunfe la cordura y que no sea necesario tomar de nuevo Berlín.
Etiquetas: Alemania, crisis, Hollande, Merkel, Unión Europea
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