HOLLANDE, EL HOMBRE TRANQUILO
Si en este país ya tenemos los viernes negros, regalo de Rajoy y cia, que bueno que al menos nos salgan los lunes, o al menos este, buenos. Y es que es un buen día. Nos quitan muchas cosas, pero no pueden arrebatarnos la esperanza. Y esta se concreta hoy en François Hollande, el hombre discreto que ha echado de El Eliseo al vergonzante Sarkozy. Humildad frente a soberbia, discreción frente a populismo barato.
Seguramente la satisfacción nos durará solo unas horas, más que nada porque esos llamados mercados llevan días afilando cuchillos y entrarán a saco para frenar al nuevo líder francés, a base de acoso financiero, subidas de primas y advertencias de sus portavoces de que vamos derechitos al caos. Pero no aventuremos acontecimientos y dejémonos mecer, aunque sea por unos días, por ese rayo de esperanza, por ese atisbo de ilusión de que todavía pueden cambiar las cosas, de que Hollande, desde su grisura, puede traer la cordura a esta Europa en barrena por la acción desquiciada del duo Merkozy. No se lo van a poner fácil y seguramente habrá un gigantesco movimiento para evitar que los socialistas franceses logren la mayoría parlamentaria necesaria en Junio para respaldar la posición del nuevo presiente. Pero no adelantemos acontecimientos.
Hollande, mal que le pese a Merkel y los mercados, significa un cambio, una suavización de la política ultraliberal tan de moda estos últimos años en la Europa liderada por Berlín que ha acabado en suicidio político de un buen montón de dirigentes y amenaza a la misma canciller alemana que ayer tuvo un interesante correctivo electoral regional. Pero además está el caso griego, donde los extremos políticos han entrado en el parlamento y han arrebatado la mayoría absoluta a socialistas y conservadores que a una tragaron sin mas con las recetas dolorosísimas impuestas por Bruselas y Berlín.
La victoria de Hollande nos deja hoy una sonrisa en el rostro que no nos podrán agriar. Hay motivos, otra vez, para creer que las cosas pueden cambiar. Gracias, una vez mas, Francia.
Salud
Seguramente la satisfacción nos durará solo unas horas, más que nada porque esos llamados mercados llevan días afilando cuchillos y entrarán a saco para frenar al nuevo líder francés, a base de acoso financiero, subidas de primas y advertencias de sus portavoces de que vamos derechitos al caos. Pero no aventuremos acontecimientos y dejémonos mecer, aunque sea por unos días, por ese rayo de esperanza, por ese atisbo de ilusión de que todavía pueden cambiar las cosas, de que Hollande, desde su grisura, puede traer la cordura a esta Europa en barrena por la acción desquiciada del duo Merkozy. No se lo van a poner fácil y seguramente habrá un gigantesco movimiento para evitar que los socialistas franceses logren la mayoría parlamentaria necesaria en Junio para respaldar la posición del nuevo presiente. Pero no adelantemos acontecimientos.
Hollande, mal que le pese a Merkel y los mercados, significa un cambio, una suavización de la política ultraliberal tan de moda estos últimos años en la Europa liderada por Berlín que ha acabado en suicidio político de un buen montón de dirigentes y amenaza a la misma canciller alemana que ayer tuvo un interesante correctivo electoral regional. Pero además está el caso griego, donde los extremos políticos han entrado en el parlamento y han arrebatado la mayoría absoluta a socialistas y conservadores que a una tragaron sin mas con las recetas dolorosísimas impuestas por Bruselas y Berlín.
La victoria de Hollande nos deja hoy una sonrisa en el rostro que no nos podrán agriar. Hay motivos, otra vez, para creer que las cosas pueden cambiar. Gracias, una vez mas, Francia.
Salud
Etiquetas: gracias Francia, Hollande, Merkel, Rajoy, SARKOZY
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