INCOMPETENCIAS E IMPOTENCIAS

Si hay algo que se echa en falta en estos tiempos es líderes políticos con ideas claras y un cierto carisma, sin pasarse, para crear ilusión en los ciudadanos y con ello dar un impulso a la sociedad. El marasmo en el que vive, por ejemplo, la Unión Europea es buena prueba de esa falta de liderazgos, que como resultado provoca apatía electoral, abstención y crecimiento del nacionalismo, o lo que es lo mismo primero yo y después yo y sálvese quien pueda. Y es que ni Merkel, ni Sarkozy, ni el derrotado Brown, ni el apocado Zapatero, ni el sinvergüenza Berlusconi tienen talla, o por lo menos no lo demuestran, para impulsar a esta Unión moribunda, ni en política interna ni mucho menos de cara al resto del mundo.

Lo que si sobran en estos tiempos, aunque no son novedosos sino que se repiten con mucha asiduidad en la historia, son los jetas políticos, los dictadores de diferente talla que usan los resortes de la democracia, llámese elecciones, para burlarla y de paso perpetuarse en el poder.

Es el caso de ese personajillo que lleva gobernando Irán desde hace cuatro años y que, si designios mayores no lo impiden, lo hará durante otros cuatro. Un tipo raro, ultraconservador, experto en tensionar el mundo y en arruinar a su país que tiene la jeta de, tras elecciones, y con un decorado de lo más kitch (hay que ver el fondo de montañas nevadas que se puso y que en España tendría una lectura muy clara, digo que el hombre intentó defender lo indefendible: su supuesta victoria por la máxima en unas elecciones presidenciales con varios candidatos y en lo que, para disimular el pucherazo por lo menos debería haber esperado a una segunda vuelta. Pero puestos a burlarse de la ciudadanía para que esperar. Primera vuelta y aplastante.

Lo que seguramente no esperaba es que las calles de Teherán, el centro, se convirtiera en escenario de la rabia de cientos de ciudadanos que están hartos de tanto mamoneo. De la dictadura religiosa. Y es que, por un momento, llegaron a creer que tenían una oportunidad de dar un poquito la vuelta a la situación, apostanto por un Musaví que, aún formando parte del peculiar sistema de la república islámica, abrió un poquito la ventana y dejó pasar una ráfaga de aire fresco. Pero las dictaduras es lo que tienen, que en cuanto se les va un poquito de la mano el paripé sacan a la policia a las calles para aplastar la disidencia. Es una lástima ver la rabia y la impotencia de tantos iraníes. Y lo es también la falta de reacción de eso que llaman la comunidad internacional, que siempre mira para otro lado cuando no sabe como manejar una situación o se conforma con lo que hay por aquello de que más vale malo conocido que...

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