DE BANQUEROS Y SINVERGÜENZAS
Andan estos días los jerifaltes de la banca de lo más parlanchín. Si primero fue el gobernador del Banco de España ayer remató el máximo representante del Banco Central Europeo, Trichet, que ha tenido la desfachatez de plantarse en Madrid para defender lo indefendible: otra reforma laboral, para contener costes empresariales, contener salarios y facilitar, además de abaratar, el despido. En fin, que estos señores son insaciables. Ya se sabe que no les cuadran las cuentas. Pero eso no es lo que les preocupa. Lo que parece que les interesa es que se mantengan a flotes bancos y empresas, que sigan generando dividendos y pagando suculentas primas a sus directivos, independientemente de que su gestión haya sido tirando a mala, por no decir delictiva.
Lo curioso de Trichet es que lo viene a decir a España, el segundo país de la Unión que más sufre, mejor dicho sus trabajadores, los efectos de una crisis que ni provocaron ni fue su responsabilidad. Así que mientras los de arriba se siguen forrando y toman medidas para seguir haciéndolo sin mayor disimulo, los de abajo a pagar, bien con más impuestos, bien aguantándose sin subidas salariales, o bien uniéndose a las colas de parados en el Inem. La desfachatez de esta gente parece no tener límites y los ciudadanos parece que nos hemos quedado paralizados, no se si por el asombro ante tanta jeta, o por el temor razonable a ser carne del paro. En toda esta historia, aunque fácilmente se nos tache de demagogos, hay mucho ruido y demasiada confusión, cuando las cosas son muy sencillas: para empezar los culpables están más que identificados, todos esos banqueros, financieros de altos vuelos y responsables económicos que no pusieron coto a su avaricia, se lo llevaron por la cara y ahora pretenden que les tapemos el culo porque sin ellos nada funcionaría. Lo indecente es que la mayoría de los gobiernos liderados por Obama han decidido hacerles el juego, salvarles, y dejar recaer sobre esa ciudadanos que vivimos al día el peso de tanto desmán, con el anatema de que si no lo hacemos todo irá a peor. Estamos en manos de encantadores de serpientes y mentirosos compulsivos que van a seguir haciendo lo imposible por no bajarse de la burra, seguir chupando teta y...que se jodan los demás. Bueno,...si les dejamos. Por eso Trichet, Ordoñez y compañía siguen erre que erra presionado para que el gobierno español acepte sus "recomendaciones" y apriete aún más el cinturón a los españolitos...El problema es que ya hay más de cuatro millones de parados, que las arcas estatales no van a poder aguantar tanto coste social y que,a veces, la paciencia también se acaba entre los pisoteados. Se puede estirar de la cuerda, pero ojo que la historia está llena de casos en los que de tanto tirar...se rompe.
Salud
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