PANCARTEROS 2

Mientras en Pamplona-Navarra, Rajoy y cía salían a la calle una vez más, esta vez para defender la supuestamente amenazada unidad de las Españs, en medio mundo, en muchas capitales y otras ciudades, miles de personas ( fijaros que cauto en cuanto al número) salíamos este fin de semana a la calle para denunciar esa vergüenza internacional que se llama Iraq. La vergüenza es la del trio de las Azores, que a estas alturas, si hubiera justicia, tenía que estar en el banquillo del Tribunal de La Haya, por crímenes contra la humanidad.

Pero las cosas no son tan sencillas, ni ellos van a acabar en el banquillo. Así que, por poner las cosas en su sitio, de momento vamos a recordarles que no nos olvidamos de sus atrocidades, del enorme delito contra todos que cometieron lanzando una guerra ilegal (cuál es legal) para derrocar a un tirano que no les servía, dar una imagen de firmeza al mundo ( o lo que es lo mismo que nos enteremos de quien manda) y de paso acabar con todo un pueblo, cuyo único delito es vivir sobre un gigantesco barril de petróleo.

Alguien dirá que simplifico, o que hago demagogia. Claro. Pero los hechos son contundentes. Hay setecientos mil muertos y un pais destruido, víctima del terror y sin futuro a la vista. Eso no sé como se llamará. A mi me parece que genocidio.

No sólo no han conseguido ninguno de sus objetivos, sino que han arruinado la defensa de esos valores occidentales que pretendían imponer manu militari. Todo lo bueno de Occidente destrozado por la barbarie del trio azoreño. ¿Con qué argumentos nos enfrentaremos a los extremistas de uno u otro signo, si los paladines de Occidente recurren a las mismas armas?..

En fin, es posible que escapeis a la ira de la justicia, pero sobre vosotros, escribais lo que escribais en la historia, recae la vergüenza de organizar, poner en marcha y al final consentir la mayor masacre de este recientemente inaugurado siglo XXI.

La Historia os juzgará, pero mientras tanto sobre vosotros recae la condena moral de millones de ciudadanos a quienes no podeis engañar con vuestras mentiras.

Seguiremos saliendo a la calle para recordároslo.

Salud