2007
Me cuesta volver al blog. Y, desde luego no lo he hecho desde el último día del pasado año, el día después de que ETA acabara con tantas esperanzas y nos dejara ese terrible y amargo sabor del desconcierto, la desconfianza y la impotencia ante la barbarie.
Me cuesta volver, porque no se qué decir. Y más cuando en las últimas semanas uno asiste atónico a la evolución de la política, los políticos españoles. Señor Rajoy: lo suyo es impresentable. De verdad. No voy a defender a ZP y su gobierno. Bastante cruz tienen encima. Pero no me resisto a decírselo otra vez. Está usted "desmelenao". Se lo digo 24 horas después de verle en el Congreso, con esa pinta de Moisés cantándole la gallina al personal. Debería cuidarse porque un día le va a dar algo. Tanta irritación, tanta cripación y tanta contradicción. No voy a perder el tiempo en recordarle sus chirriantes contradicciones, porque sé que es lo suficientemente inteligente para darse cuenta por sí solo. Pero quizá debería pararse a reflexionar un poquito, porque detrás de usted, que, sin duda, podría pasar de ese estado de irritación a la mesura con sólo pensárselo dos veces, hay toda una cuadrilla de exaltados que jalea al personal y luego ve uno lo que ve, escucha uno lo que escucha y lee uno lo que lee.
Se no han tirado al monte y a ver ahora quien les convence de que bajen al valle.
A mi no me preocupa mucho usted, porque sé que una vez pasen las próximas elecciones, gane o pierda, recuperara la juicio. De lo que no estoy tan seguro es de que toda esa carverna mediática a la que ha dado alas, logre serenarse alguna vez. Repasando estos días páginas tan impagables de la manipulacióne, la desinformación, el insulto gratuito o el disparate más insano, en Libertad Digital, Periodista Digital, en menor medida, pero más peligroso, El Mundo, y demás (la Cope, lo siento, no la sigo, porque a los curas bien pagaos(por todos y sin contar con nuestra aquiescencia) sólo nos faltaba tener que oírlos) repasando, digo, esas paginas, no puedo por menos que temer una imposible marcha atrás. Están desbocados. No ven límite. No hay el más mínimo respeto, y no solo a personas concretas, sino a la voluntad popular. Se arrogan la voz de la mayoría y arremeten sin piedad contra todo el que no esté en su línea.
Treinta años de democracia no pueden habernos conducido a esto. Algo va mal. Ya se que les puede ese odio infinito a ZP, pero no sé que tienen contra los demás que no estamos ni en su onda ni en la otra.
No fui a la manifestación contra el terrorismo. No porque no estuviera de acuerdo. Y, desde luego no quiero que me cuenten en las prietas filas de don Mariano. No fui porque estoy harto de tanto recurrir a la calle, para decir lo que es obvio y lo que estoy seguro que compartimos todos, o casi todos. Ya esta bien de tanta manifestación que no conduce a nada, si acaso a medir la capacidad de convocatoria de cada cual. No. Basta ya.
La batalla contra ETA no se gana en la calle. Me parece que todo iría mejor si hubiera unidad real, si las reglas fueran claras, y si a los etarras se les hiciera llegar de una vez el mensaje definitivo de que no tienen nada que hacer. Que lo suyo es que dejen las armas de una vez, de que la única negociación posible es la de cómo reinsertarlos en la socidad y dejar para más adelante, cuando la sociedad y el tiempo estén maduros, la posibilidad de medias de gracia. Así que basta, por favor, de hacer de la política antiterrorista, arma de combate entre demócratas. De escudarse en posiciones ambiguas, nacionalistas y no nacionalistas, para seguir ganando terreno político.
Es obvio que casi todos queremos la pazy no la violencia que se canta desde tantos medios, que de no frenarse acabará arrastrándonos a modas tan perversas como rescatar la horca, al estilo iraquí, para lavar crímenes y afrentas. La violencia...no conduce a nada.
Sé que esto es hablar a las piedras, pero, oye, me quedo tan a gusto. Y como no voy a estar dándole vueltas a lo mismo un día sí y otro también he pensado que de cara a este año voy a reorientar ligeramente el contenido del blog. Sin abandonar el día a día, me sería imposible, abordaré otros asuntos que también me interesan y mucho....Pero eso será otro día.
Salud
Me cuesta volver, porque no se qué decir. Y más cuando en las últimas semanas uno asiste atónico a la evolución de la política, los políticos españoles. Señor Rajoy: lo suyo es impresentable. De verdad. No voy a defender a ZP y su gobierno. Bastante cruz tienen encima. Pero no me resisto a decírselo otra vez. Está usted "desmelenao". Se lo digo 24 horas después de verle en el Congreso, con esa pinta de Moisés cantándole la gallina al personal. Debería cuidarse porque un día le va a dar algo. Tanta irritación, tanta cripación y tanta contradicción. No voy a perder el tiempo en recordarle sus chirriantes contradicciones, porque sé que es lo suficientemente inteligente para darse cuenta por sí solo. Pero quizá debería pararse a reflexionar un poquito, porque detrás de usted, que, sin duda, podría pasar de ese estado de irritación a la mesura con sólo pensárselo dos veces, hay toda una cuadrilla de exaltados que jalea al personal y luego ve uno lo que ve, escucha uno lo que escucha y lee uno lo que lee.
Se no han tirado al monte y a ver ahora quien les convence de que bajen al valle.
A mi no me preocupa mucho usted, porque sé que una vez pasen las próximas elecciones, gane o pierda, recuperara la juicio. De lo que no estoy tan seguro es de que toda esa carverna mediática a la que ha dado alas, logre serenarse alguna vez. Repasando estos días páginas tan impagables de la manipulacióne, la desinformación, el insulto gratuito o el disparate más insano, en Libertad Digital, Periodista Digital, en menor medida, pero más peligroso, El Mundo, y demás (la Cope, lo siento, no la sigo, porque a los curas bien pagaos(por todos y sin contar con nuestra aquiescencia) sólo nos faltaba tener que oírlos) repasando, digo, esas paginas, no puedo por menos que temer una imposible marcha atrás. Están desbocados. No ven límite. No hay el más mínimo respeto, y no solo a personas concretas, sino a la voluntad popular. Se arrogan la voz de la mayoría y arremeten sin piedad contra todo el que no esté en su línea.
Treinta años de democracia no pueden habernos conducido a esto. Algo va mal. Ya se que les puede ese odio infinito a ZP, pero no sé que tienen contra los demás que no estamos ni en su onda ni en la otra.
No fui a la manifestación contra el terrorismo. No porque no estuviera de acuerdo. Y, desde luego no quiero que me cuenten en las prietas filas de don Mariano. No fui porque estoy harto de tanto recurrir a la calle, para decir lo que es obvio y lo que estoy seguro que compartimos todos, o casi todos. Ya esta bien de tanta manifestación que no conduce a nada, si acaso a medir la capacidad de convocatoria de cada cual. No. Basta ya.
La batalla contra ETA no se gana en la calle. Me parece que todo iría mejor si hubiera unidad real, si las reglas fueran claras, y si a los etarras se les hiciera llegar de una vez el mensaje definitivo de que no tienen nada que hacer. Que lo suyo es que dejen las armas de una vez, de que la única negociación posible es la de cómo reinsertarlos en la socidad y dejar para más adelante, cuando la sociedad y el tiempo estén maduros, la posibilidad de medias de gracia. Así que basta, por favor, de hacer de la política antiterrorista, arma de combate entre demócratas. De escudarse en posiciones ambiguas, nacionalistas y no nacionalistas, para seguir ganando terreno político.
Es obvio que casi todos queremos la pazy no la violencia que se canta desde tantos medios, que de no frenarse acabará arrastrándonos a modas tan perversas como rescatar la horca, al estilo iraquí, para lavar crímenes y afrentas. La violencia...no conduce a nada.
Sé que esto es hablar a las piedras, pero, oye, me quedo tan a gusto. Y como no voy a estar dándole vueltas a lo mismo un día sí y otro también he pensado que de cara a este año voy a reorientar ligeramente el contenido del blog. Sin abandonar el día a día, me sería imposible, abordaré otros asuntos que también me interesan y mucho....Pero eso será otro día.
Salud
Etiquetas: ETA ZP POLITICA, política antiterrorista, Rajoy
1 Comments:
Es como si PP y PSOE estuvieran jugando a estirar la cuerda. Los dos tienen bien agarrada la cuerda. Están perfectamente anclados en el suelo. Cada vez tiran con más fuerza, y ninguno de los dos equipos cede. ¿Qué suele pasar en estos casos? La cuerda, al final, se rompe.
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