¡MANCA FINEZZA!
Lo del exabrupto, el insulto, la descalificación...han pasado a ser moneda corriente, no sólo de la política española, sino de la internacional y, lo que es peor, de la vida cotidiana. Las ordinarieces están al orden del día y esa pequeña pantalla, que alguien llamó tonta, es un buen amplificador de todo ello. Desde que en España el entonces todopoderoso Alfonso Guerra cambió el estilo político al introducir epítetos, cuando no insultos directos, el sarcasmo y la ironía, a veces cruel en su discurso, ha pasado mucha agua bajo los puentes. Y lo que entonces eran peculiaridades de unos pocos pasó a convertirse en toda una forma de hacer política. Hay una palabra que ya suena antigua, gamberrismo, para calificar aquello, y que ahora se disfraza de agilidad y agresividad política. Los peperos tomaron pronto el relevo y, con tanto gusto, queno hay día que el presidente ZP se lleve su buena sarta de insultos y descalificaciones. Otro tanto le llueve al presidente autonómica Camps o a Rajoy desde otros tendidos. Y a todo esto nuestros líderes políticos se han dotado de una capa para protegerse del chaparrón que les lleva a aceptar esos insultos como el mal menor de la política. Total que se arma mucho ruido y falta diálogo y por supuesto estilo. Son, casi todos, bastante cutres . Y ese permanente recurso a la descalificación y el insulto ha empobrecido tanto su discurso que contribuye muy poco a su imagen como gestores inteligentes y con ideas claros, y, por supuesto, nada que ver con los proceres y líderes carismáticos de otros tiempos, no tan lejanos por cierto.
Pero, como decía, el asunto no es puramente nacional. Mirando fuera abundan, y cada día más, los personajes que con esa estrategia descalificadora se buscan su hueco mediático y son portada un día sí y otro también por sus graciosadas o su discurso abrupto, beligerante y descalificador. Ahí tenemos al inefable Chávez o, mucho más cerca, al bufón Berlusconi. Este último abjura precisamente de una seña de identidad de la política italiana, de ese estilo para maniobrar con elegancia, para mantener la compostura, propio de políticos commo Famfani o el incombustible senador vitalicio Andreotti. Berlusconi confunde apostura con chuleria y salpica todo su discurso de descalificaciones destinadas a provocar la risa de sus seguidores.
Salud
Etiquetas: Andreotti, Chávez, ETA ZP POLITICA, Manca finezza, Rajoy
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