!YA VIENEN LOS REYES!
Acabo de regresar del Carrefour, que en estas horas de la víspera de Reyes está, como imaginaréis, totalmente atestado. Padres, madres, abuelos, tios-as y demás afectados andan errantes entre las pilas de juguetes intentando ser originales, o al menos no dejarse una pasta. No me puedo ni imaginar el pastón que hará un día como el de hoy el Carrefour, El Corte Inglés o cualquier otra gran superficie. Y todo para ver ese destello de alegría infinita en el rostro de los niños mañana por la mañana, aunque habrá alguno que no pueda ocultar su decepción.
Juegan con sus sentimientos y con los nuestros. Es el gran logro de esta sociedad que se repite en cumpleaños, dias del padre o la madre, sanvalentines y demás mandangas. Oponerse a semejantes prácticas está claramente demodé, así que no caeré en ello. Pero no quiero ocultar que me produce una cierta alarma todo este despilfarro en el que, a pesar de oponer resistencia, tambien caigo.
Por estas fechas del año siempre prometo que no volverá a ocurrir, y que tampoco me dejaré arrastrar a los diversos fastos navideños. Pero esta vez ni me voy a hacer el propósito porque el próximo año caeré en lo mismo.
La carne es débil y yo y muchos de nosotros también, así que para que resistirse.
Como uno ya está un poco mayor para eso de esperar reyes (osease regalos), y lo de la cabalgata le resulta más una molestia que una cita esperada me gustaría pedirle a los Reyes Magos, aunque sin enviarles cartas, que a ver si este año se portan un pelín mejor con todos. Y lo digo porque nos hace falta mucha menos mala leche, más tolerancia ( y no lo digo por el tabaco) y más mano izquierda (en el sentido de intentar comprender las opiniones del otro aunque sepamos que no tiene ni puta idea de lo que habla). También pediría una oposición pepera más sensata, un presidente del gobierno más práctico, unos medios de comunicación menos manipulados, un dato de inflación real y no inventado, unos sueldos ajustados al subidón que nos trajo el euro, que sepamos distinguir entre los inmigrantes que vienen a buscarse una vida de verdad y los que vienen a chorizear (sobre todo los de guante blanco), menos agresiones contra la costa, menos despilfarro,...en fín, un país de cuento para variar.
Si los Reyes Magos no nos escuchan, qué le vamos a hacer. Pero que luego no se quejen si finalmente les cambiamos por Santa Claus, que como exigen chimenea para entrar en las casas se supone que al menos en eso, en las casas, algo habremos mejorado.
Salud y feliz año.
Juegan con sus sentimientos y con los nuestros. Es el gran logro de esta sociedad que se repite en cumpleaños, dias del padre o la madre, sanvalentines y demás mandangas. Oponerse a semejantes prácticas está claramente demodé, así que no caeré en ello. Pero no quiero ocultar que me produce una cierta alarma todo este despilfarro en el que, a pesar de oponer resistencia, tambien caigo.
Por estas fechas del año siempre prometo que no volverá a ocurrir, y que tampoco me dejaré arrastrar a los diversos fastos navideños. Pero esta vez ni me voy a hacer el propósito porque el próximo año caeré en lo mismo.
La carne es débil y yo y muchos de nosotros también, así que para que resistirse.
Como uno ya está un poco mayor para eso de esperar reyes (osease regalos), y lo de la cabalgata le resulta más una molestia que una cita esperada me gustaría pedirle a los Reyes Magos, aunque sin enviarles cartas, que a ver si este año se portan un pelín mejor con todos. Y lo digo porque nos hace falta mucha menos mala leche, más tolerancia ( y no lo digo por el tabaco) y más mano izquierda (en el sentido de intentar comprender las opiniones del otro aunque sepamos que no tiene ni puta idea de lo que habla). También pediría una oposición pepera más sensata, un presidente del gobierno más práctico, unos medios de comunicación menos manipulados, un dato de inflación real y no inventado, unos sueldos ajustados al subidón que nos trajo el euro, que sepamos distinguir entre los inmigrantes que vienen a buscarse una vida de verdad y los que vienen a chorizear (sobre todo los de guante blanco), menos agresiones contra la costa, menos despilfarro,...en fín, un país de cuento para variar.
Si los Reyes Magos no nos escuchan, qué le vamos a hacer. Pero que luego no se quejen si finalmente les cambiamos por Santa Claus, que como exigen chimenea para entrar en las casas se supone que al menos en eso, en las casas, algo habremos mejorado.
Salud y feliz año.
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